Se requiere revivir la doctrina Betancourt
Rómulo Betancourt instó a los paises miembros de la OEA a que repudiaran las dictaduras aún vigentes en esa época, y que cada país democrático rompiese relaciones diplomáticas con todo gobierno de facto.
El texto de esa doctrina es breve, pero hoy más que nunca sigue siendo necesario y vigente, y por ello consideramos conveniente reproducirlo en este editorial:
«Solicitaremos cooperación de otros gobiernos democráticos de América para pedir, que la OEA excluya de su seno a los gobiernos dictatoriales porque no sólo afrentan la dignidad de América, sino también porque el Artículo 1 de la Carta de Bogotá , Acta Constitucional de la OEA establece que sólo pueden formar parte de este organismo los gobiernos de origen respetable nacidos de la expresión popular, a través de la única fuente legítima de poder que son más elecciones libremente realizadas. Regímenes que no respeten los derechos humanos, que conculquen las libertades de sus ciudadanos y los tiranice con respaldo de las políticas totalitarias, deben ser sometidos a riguroso cordón sanitario y erradicados mediante la acción pacífica colectiva de la comunidad jurídica internacional».
Después de lo ocurrido con la inconstitucional sentencia de la Sala Constitucional, con la irregular e ilegal supresión por parte del CNE del referéndum revocatorio y la posposición indeterminada de la elección de gobernadores y alcaldes, podría sostenerse que la caracterización hecha por la doctrina Betancourt cuadra con la realidad actual en nuestro país, y los paises democráticos de la región no deberían esperar a que haya más muertes para tomar las medidas necesarias para que se restablezca el orden democrático en Venezuela.