¿Qué le dejará a Venezuela el decreto 1787?
Toda la parafernalia ocasionada por el decreto presidencial No 1787 del 26 de mayo lo único que ha logrado es permitir que coincidan con sus protestas frente al régimenvenezolano los gobiernos de Guyana y de Colombia, pero hay una gran probabilidad de que se sumen muy pronto a la protestas el Caricom, Surinam y tal vez Francia si considera que el ZODIMAIN afecta su libre salida al Atlántico.
La pregunta que aún no tiene una respuesta clara es qué gana Venezuela delimitando unilateralmente áreas marinas y submarinas que, con base en el derecho del mar y del derecho internacional , tienen que ser delimitadas mediante acuerdos con los distintos estados fronterizos.
Diera la impresión de que las consideraciones políticas que originaron dicho decreto no fueron pensadas en función del impacto en las relaciones internacionales de nuestro país, sino en función de una estrategia de política interna para crear un clima de conflicto que de credibilidad a la tesis de que existe una guerra internacional larvada en contra de Venezuela.
En todo caso sea cual fuere la intención detrás del decreto lo cierto es que pone en dificultad la política exterior de nuestro país al aparecer, justificadamente o no, como violador de las normas del derecho internacional aplicables a la delimitación de áreas marinas y submarinas entre Estados vecinos y que poseen espacios marinos comunes que deben ser resueltos a través de la negociación bilateral o en su defecto por un arbitraje internacional o por la Corte Internacional de Justicia.
Llevar los asuntos pendientes de soberanía solo al campo de los mares olvidando los múltiples asuntos no resueltos en materia de demarcación, de cuencas hidrográficas compartidas, y de concesiones y explotaciones de recursos naturales efectuados en zonas bajo reclamación es lo menos que pueda decirse, una hipocresía
