PDVSA y opción solar
José Ignacio Moreno León
Los estudios y prospectivas vinculados al tema energético pronostican, para las próximas tres décadas, la conformación de un nuevo paradigma en la oferta y demanda de fuentes energéticas, configurado por el progresivo abandono de las energías fósiles que constituyen la fuente principal de la emisión de gases de efecto invernadero y su reemplazo por fuentes renovables y no contaminantes que están conformando progresivamente el componente fundamental de la matriz energética futura, contribuyendo con el esfuerzo que se adelanta para evitar el llamado efecto invernadero y el incremento de la temperatura promedio medioambiental por encima de 2°C.
Se señalan dos fuentes energéticas que satisfacen esas condiciones por ser renovables, no contaminantes, potencialmente abundantes, disponibles, de fácil acceso y económicas según los avances tecnológicos que se adelantan para masificar su empleo. Se trata de la energía derivada de la fusión nuclear y la energía suministrada por la radiación solar que recibe nuestro planeta. En todo caso estas proyecciones energéticas apuntan hacia una caída constante de la demanda petrolera, señalando el fin de la era del petróleo para el 2100.
Frente al panorama descrito y, ante la crisis del sector petrolero y el sector eléctrico venezolano, se impone la necesidad de promover un gran debate nacional, deslastrado de la miopía política y la discusión estéril en que está sumida nuestra sociedad, para poder construir, con visión de futuro y sin complejos chauvinistas, las alternativas a estas complejas realidades que ameritan la oportuna y correcta toma de decisiones, considerando que los estudios realizados en el ámbito de la energía estiman que la energía solar será la de mayor consumo a nivel mundial para el 2050, por ser la de mayor potencial para cumplir con la demanda energética de la humanidad de manera sostenible, y Venezuela, por su ubicación geográfica y condiciones ambientales, tiene una de las más favorables ventajas a nivel mundial para masificar el uso de la energía solar, especialmente en estados como Falcón y el nororiente del país, regiones en las que el promedio anual de radiación solar captada oscila entre el equivalente a 2300 a 2400 KWh por metro cuadrado de superficie. Esta urgente demanda de cambios requiere de una lúcida y responsable dirigencia nacional, capaz de actuar oportunamente y con eficiencia frente a estas nuevas realidades globales.
