PDVSA en remate
Entre los factores ponderados para calificarla por encima de algunas de las más grandes multinacionales, se destacaba su exitosa integración vertical, producto de su estrategia de transnacionalización iniciada en los 80. Se había adquirido en EE.UU una red de refinerías capacitadas para el procesamiento de los crudos pesados y ácidos que constituyen la inmensa mayoría de nuestras reservas, asegurando así su colocación en el mercado. La propiedad de este sistema refinador incluía una red de oleoductos y 14 mil estaciones gasolineras; de esta manera, PDVSA lograba la flexibilidad operacional necesaria para reaccionar con ventaja ante los vaivenes propios del mercado internacional. Vale recordar que para Venezuela, EE.UU. era –y continúa siendo- su mercado natural, el mas remunerativo y a solo 4-5 días de navegación desde nuestros puertos. En 1998, destinábamos a ese mercado 1.8 millones de barriles diarios (MMBD).
Todo esto ya es historia. Hoy a EE.UU. solo viajan 0.7 MMBD mientras crecientes volúmenes, proyectados a 1.0 MMBD, van a China con grandes descuentos. La red de refinerías se desmorona, ya la revolución ha vendido unas cuantas. En mayo de este año, por incumplimiento de contrato, perdió en una demanda 50% de la refinería de Sweeney, Texas. Posiblemente temiendo perder otras por igual razón, esta semana hemos leído que PDVSA está considerando ofertas por tres refinerías: Lake Charles, Corpus Christi y Lemont, que suman 775 mil barriles diarios de capacidad.
Si esto se materializa, será el fin de la PDVSA transnacional, un retroceso de 30 años, la perdida progresiva de nuestro mercado natural y la entrega pusilánime al imperialismo chino. El régimen obtendrá cash para sus quebradas finanzas,todo dentro delobjetivo único de la banda gobernante: mantenerse en el poder.