Opinión Nacional

Vienen los tanques rusos…

A propósito del anuncio del comandante de la revolución bolivariana del préstamo ruso por 2,2 millardos de dólares (En los últimos años, Venezuela ha comprado a Rusia 24 aviones caza del tipo Sukhoy, unos 50 helicópteros artillados, así como 100.000 fusiles de asalto Kalashnikov, por una cifra cercana a 4,4 millardos de dólares. Sin contar la anterior línea de crédito por un millardo de dólares). Ahora la adquisición es de 92 tanques del tipo T-72 (un modelo de tiempos de la Unión Soviética), así como un número no definido de misiles tierra-aire, para “disuadir” a los Estados Unidos de un posible paseo por nuestra territorio. “Va ser bien difícil que vengan aviones extranjeros a bombardearnos”, exclamó -en uno de sus tantos alardes de bravuconería- el supremo líder. Por cierto, los frecuentes desplantes de Chávez, son parecidos -no se por qué- a los Noriega en Panamá y a los del viceprimerministro de Saddam Hussein, Tarek Aziz (¿se acuerdan?). Éste, ante una pregunta de periodistas respondió, pomposamente, “lucharemos hasta la última bala”. Como dice Jon Sistiaga -en su libro, Ninguna guerra se parece a otra-: “La sentencia de Tarek Aziz, evidentemente, no tuvo ninguna virtualidad en la cales de Bagdad. La ciudad cayó en dos días y la última bala ni siquiera se la guardaron para suicidarse con un tiro en la cien, como pensábamos todos…”Igualmente Sadam Hussein solía sentenciar en algunos discursos: “No provoques a la serpiente si no tienes la intención y el poder de cortarle la cabeza”.

Pero fanfarronadas aparte, veamos para qué han servido estos siniestros aparatos: En noviembre de 1956, más de un millar de tanques soviéticos irrumpieron en Budapest, a los pocos días de que Hungría, liderada por el comunista de “rostro humano”, Imre Nagy, anunciara la separación del Pacto de Varsovia. Luego en la llamada primavera de Praga (1968), el socialismo democrático fue derrotado en la antigua Checoslovaquia, gracias a la incursión de estos titanes bélicos para impedir que las elecciones del Partido Comunista fuesen secretas. Esta acción determinó la caída de Alexander Dubcek. Milan Kundera decía que ellos intentaban crear un socialismo sin una policía secreta omnipotente, un socialismo donde la opinión pública fuese reconocida y tomada en cuenta; en fin, una república de ciudadanos sin miedo… Carlos Fuentes refiere que los tanques rusos entraron en Praga a aplastar a los comunistas checos en nombre del propio comunismo. Una paradoja, ¿no?… También vale la pena recordar la invasión de la Unión Soviética a Afganistán en 1979, cuando el temible Ejército Rojo irrumpió amenazante, para luego salir con las tablas en la cabeza. Esta guerra (recordada como el Vietnam de la URSS ) dejó un cementerios de blindados en tierras afganas. Similarmente, la cercana e indefensa Georgia ha sufrido las amenazas y ataques de tan letales armas, dejando a su paso una estela de destrucción y muerte. Y pare usted de contar…

En suma, los “admirados” carros de combate han sido utilizados para reprimir y someter a otras naciones en nombre del comunismo más aberrante, retrógrado y despiadado. ¿Por qué endeudar más el país para comprar armamentos que en definitiva, resultan innecesarios? ¿No sería mejor pedir prestado para reparar las escuelas deterioradas, o para construir viviendas para los sectores de menores recursos, o para resolver los miles de problemas que padecemos a diario los venezolanos. Bueno…, de repente, ahora sí podremos enviar los batallones blindados a la frontera colombiana a defender nuestra soberanía.

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