¡Travesía en el desierto!
Lao-tse, dijo:
«La travesía de mil millas comienza con un paso.»
Comentario (VG): Esta frase me recuerda otra de factura muy criolla: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Creo que a Venezuela le está tocando su travesía de cuarenta años por el desierto de su propio y bizarro Sinaí. Con un líder, supuesto “Moisés”, incomunicado de Dios, y al parecer en estrecha relación con los demonios del infierno; recibiendo una especie de “maná” maldito que ha sido bautizado como “excremento del diablo”, cuya malísima administración es, al parecer, origen de todos nuestros males.
Mientras el “Líder Máximo” visita a su anciano y decadente “Asesor Mayor” antillano, en la “Isla de la Felicidad”; sus seguidores erigen ídolos de oro puro, que adoran mediante grandes bacanales, en las cuales corren los licores más caros, se ejerce el sexo sin tapujos, y se corrompe a todos por igual.
Entonces, Él regresa con unas “Tablas de la Ley” fabricadas con un caucho especial, en los laboratorios habaneros, que estiran y encojen a voluntad; justificadoras de todos los abusos, trampas, y atropellos, en nombre de un supuesto “Socialismo del Siglo XXI”, especie de “Tierra Prometida” a la cubana. Pobre Venezuela: ¿Tanto hemos pecado en el pasado que nos merecemos semejante castigo? ¿Qué “karmas” arrastramos?
La “Leyenda Negra” del Descubrimiento, Conquista y Colonización, supuestamente avala el “castigo” que debemos sufrir por siglos debido al mal comportamiento de descubridores, conquistadores, y colonizadores; aparentemente con la cruz en una mano, y la espada en la otra, ofrecieron a los autóctonos un paraíso en el Cielo, y un infierno en la Tierra, según Herrera Luque, portamos una carga genética que nos impulsa a la depredación y a la locura.
La Revolución de Independencia ofreció un “Paraíso” de libertad, seguramente para el “Más allá”, pues las tierras de nuestras repúblicas fueron asoladas por las guerras civiles, por el caudillismo, el militarismo, el centralismo, y la opresión ¿Volvemos al pasado?
En Venezuela la Guerra Federal, ofreció como panacea “La federación”, y de paso la “Igualdad”, que supuestamente se forjó en los campamentos de lo guerrilleros federales. Uno de ellos, de rango «General», y de apellido Pulido, tenía por regla de conducta, al conquistar una población, aplicar los tres “Principios” de la Federación: <> Además Guzmán Blanco invento el “Culto a Bolívar”, para justificar su régimen, su ejercicio personalista y caudillista del poder–A partir de Guzmán todos los presidentes, y demás manipuladores políticos, serán obligatoriamente “bolivarianos”–Hoy los herederos de las ideas, y de la sangre, de estos “caballeros” aplican más o menos lo mismo: comerlo todo, robarlo todo, y “darle lo suyo” a todas ¿Vuelta al pasado “glorioso” de la federación?
En el siglo XX, los conquistadores andinos prometieron: “Nuevos hombres, nuevos ideales, nuevos procedimientos”, que aplicaron hasta diciembre de 1935. Intelectuales de la época justificaron la dictadura con la “teoría” del “Gendarme Necesario”, que debía someter a una población mestiza, portadora de las más grandes taras, puesto que las razas “puras” originarias habían perdido sus “virtudes” al mezclarse ¿No aplican los “mestizos puros” actuales—Chávez dixit–, un idéntico racismo con “piquete al revés”?
El lema del castro-gomecismo fue: “Unión, Paz, y Trabajo” Que el sabio pueblo tradujo así: “Unión en las cárceles, paz en los cementerios, trabajo en las carreteras” También JVG, fue muy “bolivariano”, supuestamente nació y murió los mismos días que el Padre de la Patria ¿Suena esto conocido?
López, “bolivariano” y heredero político de Gómez, condujo una transición problemática con “Calma y cordura”; además fundó las “Cívicas Bolivarianas”.
Medina, heredero político de López, inauguró una gestión democrática y progresista, pero fue derribado por una obscura alianza entre militares conspiradores, de la “Unión Patriótica Militar”—UPM de PJ y Cía–, y el cogollo de Acción Democrática—R.Betancourt y Cía— (1945).
Fueron tres años — (1945—48) —, de completa agitación, de muchos cambios, y bastantes abusos “democráticos”, que fueron bautizados como “La Segunda Independencia”—RB dixit–, y terminaron cuando la muy alabada, y “Gloriosa Juventud Militar”, dio una patada en el trasero –(1948)– a sus socios de ocasión; dando inicio al “Gobierno de las Fuerzas Armadas”, monitoreado directa o indirectamente, por PJ, jefe de la UPM.
Por cierto que los militares participantes en los golpes de estado de los años 45,48, y 52, fueron ascendidos, cada vez, un puesto en su escalafón profesional; así que PJ y Cía, inauguraron la época de los ascensos “express”, llegando por estos “méritos” a los más altos grados militares de la época ¿Le parece conocida esta historia, de presente actualidad, donde tenemos bachilleres “express”, médicos “express”, y demás yerbas, verdes y aromáticas, también “express”?
PJ cayó el 23 de enero de 1958, mediante un golpe de estado militar–cívico, dando origen a 40 años de la llamada “Democracia Puntofijista”, con más errores que aciertos; y cuyas consecuencias las estamos pagando a partir de 1998, con el arribo al poder, vía electoral, de los militares golpistas del 4 de febrero de 1992, y los de noviembre del mismo año.
Ellos, poco a poco, han estructurado un proyecto totalitario, personalista, caudillista, militarista, clientelar—populista, centralizador, estatista; que intenta copiar las experiencias más “exitosas” del fascismo italiano y el nazismo alemán; del comunismo ruso y europeo oriental; del franquismo español y el fascismo portugués; del comunismo asiático: Mao, Kim Il Sun, Polpot; y por último del comunismo tropical caribeño–cubano, hoy por hoy, modelo paradigmático, del castro—chavismo gobernante en Venezuela; y el cual aspira a consolidarse en nuestro país, en América Latina, y el resto del mundo, bajo la fórmula de “Socialismo del Siglo XXI”; y aún más allá, en los siglos venideros:
¡La muerte nos agarre confesados, debidamente perdonados de pecados veniales o mortales!
Sin embargo este engendro, de tan rutilante nombradía, parece más bien un parto múltiple de todos los males anteriores, ampliados y corregidos, decenas de veces, que el pueblo de Venezuela resume en la frase lapidaria: “¡Más de lo mismo y `peor de lo peor!”