Opinión Nacional

Inseguridad: Negarla, ocultarla, minimizarla, culpar a las víctimas

Sin olvidar que el chavismo se inició en 1992 con dos golpes militares, sangrientos y por suerte fallidos, la violencia ha sido el común denominador de estos quince años de incapacidades, demagogia, populismo, sectarismo, con dos pesadas Hipotecas, la Ideológica en favor del muy anacrónico estalinismo castrista (con los primordiales jefes del régimen actuando como agentes del fracasado y parasitario proyecto  cubano), y la Económica, en beneficio de China, la mayor de las potencias capitalistas emergentes que conforman el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica). Absolutamente todos los elementos que se toman como referencia para establecer los resultados de una gestión gubernamental, Seguridad, Inflación, Producción y Productividad, Confianza para Invertir, Generación de Empleo, Salud y Educación, en Venezuela no mejoraron ni se estancaron, han empeorado gradualmente desde el 2 de febrero del 99 a esta fecha.

Seguimos siendo monoproductores y dependientes del petróleo para obtener nuestro mayor ingreso, pero disminuyó nuestra producción de barriles por día. Aunque el precio del barril promedió los 100 dólares (estaba en $9 cuando Chávez inició su peripatético delirio), y a pesar de que han ingresado $ 1,3 Billones, la Inflación anual alcanzaba el 30% y en el 2013 superó el 56%, importamos más de la mitad de lo que consumimos, nuestra moneda se cotizaba a razón de Bs 480 por dólar en 1998, y las sucesivas devaluaciones (que ellos llaman “ajustes”) la colocaron a Bs 6.300 al cambio oficial, a Bs 11.500 al cambio denominado SICAD (devaluación maquillada) y en el mercado paralelo (innombrable y oficialmente inexistente) se multiplica por 7 y permite la creación de enormes fortunas en cortos lapsos, por parte de quienes accedan con facilidad a los dólares que administra y reparte CADIVI (exclusivamente opositores, sabemos que ningún revolucionario intentaría hacer negocios con el piche dinero, “ser rico es malo” es su divisa).

Pero la Inseguridad es el tema central de este escrito. No podemos malgastar el tiempo disertando sobre la Inseguridad en Caldea, la Grecia de Sócrates, el imperio romano, la edad media o el siglo 19. La secta militar que ya lleva 15 años destruyendo sistemáticamente a Venezuela, tomó como parámetro esencial de referencia el lapso del 58 al 98, que erróneamente denominaron “cuarta república” (no refleja criterios científicos sino demagógicos esa categorización), de modo que resulta lógico comparar los 40 años de la democracia representativa con los 15 años del autocalificado “socialismo del siglo 21”(eufemismo que pretende ocultar los profundos vínculos ideológicos y tangibles con los dañinos y fracasados socialismos reales ocurridos durante el siglo 20 -la mayoría entre 1917 y 1991-, responsables de prácticas represivas que produjeron genocidios, hambrunas, estancamiento económico, ruina social, eliminando las Libertades y la Propiedad Privada, su común denominador). Chávez y sus cómplices, demostraron ser absolutos anacronismos, fósiles que mantuvieron intactas sus hipotecas ideológicas con las viejas praxis estalinistas y maoístas, incapaces de reconocer los derrumbes de esos sistemas totalitarios, negados al  aprendizaje derivado de las implosiones ocurridas en la URSS y China, la caída del Muro de Berlín, la desintegración de la Federación soviética, la substitución de la férula maoísta, o la superación de la barbarie cometida por Pol Pot en Cambodia. Como Ramón Mercader, Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Elías Jaua, Fernando Soto, Rodríguez Araque, mantuvieron sus compromisos con la rémora estalinista en el Caribe, la dictadura castrista, a pesar del evidente y absoluto fracaso del proyecto que desde los años de la guerrilla en Sierra Maestra sumó las simpatías y la solidaridad de millones en todo el planeta, hoy reducidos a unas cuantas decenas de miles de obtusos que, como los dinosaurios nombrados, asumen las posturas de los tres monitos, no ven, no oyen ni dicen nada sobre la contradictoria y nada socialista realidad que hoy rige en Cuba, ni reconocen el cisma que tuvo lugar en las casas matrices del Comunismo, como tampoco ven el desastre rojo rojito en Venezuela.

Los hechos, y las cifras que se desprenden de ellos, no mienten. La inseguridad en Venezuela no comenzó en 1999, ni es el nuestro el único país con Inseguridad. Pero aunque existe en casi todos los países del orbe, la frecuencia y la intensidad de los delitos que la conforman no es la misma en todas partes, como pretenden que sea interpretada, los funcionarios responsables por la negligencia con la que ellos la enfrentan en este país, o el estímulo a todas las expresiones de la criminalidad, con el que la promueven desde los altos círculos del poder, como parte de una política para sembrar el odio, para mantener una confrontación constante, la polarización que alimentan con un discurso cargado de alusiones falaces a las causas de la pobreza y las desigualdades, aprovechando los resentimientos y justificando las distintas maneras de violentar el respeto que nos debemos unos a otros, en una sociedad civilizada, como formas de hacer justicia que trascienden la obediencia al marco legal, borran los límites entre la propiedad privada y la social, procurando no mencionar al trabajo como herramienta fundamental para la obtención de bienes y servicios. Es verdad que la Corrupción, la Inflación y la Inseguridad pueden ocurrir en cualquier país, pero ello no justifica las de aquí, ni debemos aceptar que sean similares. Mientras un hecho de corrupción administrativa, una inflación que supere el 5%, un crimen que involucre a dos víctimas, son algo extraordinario en algunos países donde los poderes funcionan con autonomía, las autoridades previenen o reprimen con eficacia los delitos, y los precios sufren leves variaciones anuales, en Venezuela lo difícil es hallar un espacio que funcione con dineros de la Nación donde no ocurran malversaciones, un año en que la Inflación haya sido inferior al 30%, un día en que no se produzcan 50 asesinatos. Volviendo a hechos y cifras, veamos el siguiente cuadro de años y asesinatos;

1998 / 4.500     1999 / 5.868     2000 / 8.022       2001 / 7.960      2002 / 9.617       2003 / 11.342

2004 / 9.719     2005 / 9.964     2006 / 12.257    2007 / 13.156    2008 / 14.589     2009 / 16.047

2010 / 17.600  2011 / 19.336   2012 / 21.692    2013 / 24.763


Las cifras de asesinatos sólo disminuyeron levemente del 2000 al 2001, del 2003 al 2004 (0,77% y 14,31% respectivamente), pero sin regresar a los niveles de 1998. Los demás lapsos se incrementaron, hasta totalizar 201.932 víctimas de la violencia, en estos 15 años. La diferencia con cifras y porcentajes añadidos, aparecen en el mismo cuadro ampliado:

1998 / 4.500    1999 / 5.868    +1368   30,4%      2000 / 8.022       + 2154   36,71%     

2001 / 7.960      -62   -0,77%              2002 / 9.617       +1657   20,81%      

2003 / 11.342     +1725   17,94%      2004 / 9.719        -1623  -14,31%    

2005 / 9.964     +245   2,52%            2006 / 12.257      +2293   18,71%  

2007 / 13.156     +899    7,33%        2008 / 14.589       +1433   10,89%

2009 / 16.047    +1458   9,99%        2010 / 17.600       +1553    9,68%

2011 / 19.336     +1736   9,86%       2012 / 21.692       +2356  12,18%   

 2013 / 24.763   +3071   14,16%                              1999 a 2013   T: 201.932 

Si comparamos la cifra del 99 con la del año pasado, nos da una diferencia de +20.263,  un aumento del 450,29%  La cantidad de asesinados en 1998 se ha multiplicado 5,5 veces. Las cifras y porcentajes correspondientes a Atracos y Secuestros también han crecido de manera sostenida del 99 a esta fecha. De modo que es evidente que la criminalidad ha aumentado con el chavismo a cargo, pero no sólo en lo cuantitativo. Cualitativamente surgieron nuevas formas de delinquir, que no conocimos previamente: Víctimas con más balas o puñaladas en el cuerpo, con mayor frecuencia ocurren crímenes que involucran a más de dos víctimas, atracos a plena luz del día, atracos simultáneos en urbanizaciones, edificios, supermercados, e incluso en autopistas o carreteras, donde la congestión del tráfico automotor le permite a los malandros del vecindario robar, a mano armada, a indefensos conductores y pasajeros, joyas, celulares, dinero, y en ocasiones los propios vehículos (aprovechando la luz roja). Tampoco teníamos antes de esta falsa revolución, el insistente discurso que los justifica (“yo también saldría a robar”), que los maquilla (“buenandros”), que los incita (“a saquear, dejar vacíos los anaqueles”) que convierte sus fechorías en hazañas (si de antemano calificas a los empresarios de ladrones, burgueses parasitarios, especuladores, hambreadores del pueblo, toda acción de robo o agresión en contra de ellos o sus posesiones, es automáticamente y en ese enfoque, un acto heróico, un hecho justiciero por la “redistribución” que lleva implícita. La merengada tóxica que deriva del incongruente refrán “ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón” y la soterrada admiración por Robin Hood, renovada con cada criminal que reparte una ínfima porción de su enorme y mal habida fortuna, para ganar simpatías, al estilo del narcotraficante y terrorista Pablo Escobar). Tampoco teníamos cárceles bajo el control de los presos (bautizados “privados de libertad”), a su vez jefaturados por súper malandros llamados Pranes, con armas, drogas, prostitutas y otros privilegios dentro de las penitenciarías donde su voluntad es la ley, ni vimos jamás a funcionarios de alta jerarquía negociando directamente con los presidiarios para obtener cierto margen de competencia dentro de las cárceles.

El problema de la Inseguridad, que como ya mostramos ha venido aumentando a mayor ritmo desde 1999, hasta el 7 de enero de este año 2014 jamás fue reconocido ni planteado por los máximos representantes del régimen. Se trató el tema con Rechazo, “no existe”, con Cinismo, “es sólo una sensación” aseguró la “defensora del pueblo”, Minimizándolo, “es exageración de los medios”, Criminalizándolo, no les preocupa el crimen sino que se conozcan su ocurrencia y sus consecuencias, represalias contra El Nacional por publicar una foto de la Morgue de Bello Monte, y contra Globovisión por transmitir los reclamos de familiares de reclusos que estaban siendo acribillados en un “operativo sorpresa”. El 11 de abril del 2002 sucedió una masacre que produjo 20 asesinados, en un espacio totalmente controlado por la Casa Militar de Miraflores, y no se conformó la imprescindible Comisión de la Verdad, para investigar a fondo lo ocurrido esa tarde en la avenida Baralt. Tampoco se investigaron apropiadamente los terribles crímenes que segaron las vidas del Fiscal Ánderson, del industrial Sindoni, de los tres hermanos Faddoul y su chofer. Pero la angustia y la indignación ante tantos crímenes y tanta negligencia se acumulaban, y el suceso catalizador que llevó a la ciudadanía a explotar, fue el horrendo asesinato de una pareja, dejando herida a su hija de 5 años. La joven mujer se había ganado un sitial en el corazón de muchos venezolanos, había sido Miss, actriz, y uno de los personajes que interpretó en una telenovela, el de una persona con Autismo, con Síndrome de Asperger, le ganó particulares e intensas simpatías y popularidad, lo que hizo posible que los crímenes cometidos contra ella, su esposo y su hija, no pasaran desapercibidos y fuesen a engrosar esa tenebrosa lista que ya suma 201.932 seres humanos, casi anónimos, que han sido asesinados en Venezuela del 99 al 2013.

Si ya es bastante vergonzoso que hayamos dejado que se acumularan más de doscientos mil asesinatos para demostrar nuestra rabia, al punto de que quienes negaban la existencia del problema accedieran a regañadientes a reconocer que algo estaba ocurriendo, más vergonzoso es descubrir que, aun aceptando por fin que la Inseguridad existe, priven intereses politiqueros y tengan la desfachatez de pretender -una vez más- asignarle las culpas a los que menos tienen que ver con el problema del hampa desatada y la impunidad que la promueve. Maduro, sobre quien pesa la denuncia de que podría estar ejerciendo la presidencia violando la exigencia constitucional de que para ello se requiere haber nacido en Venezuela (nadie ha visto la documentación que lo pruebe), seguramente por indicaciones de asesores castristas, que son expertos en bombas de humo, falsos atentados y engaños colectivos, tuvo el cinismo de sugerir que los asesinatos de Mónica Spear y su compañero Thomas Berry, pudieran ser una acción de sicarios, y luego el acreditado sociólogo cucuteño afirmó que la Inseguridad nuestra es producto ¡ de las telenovelas !! En la misma línea de diluir responsabilidades, la “ministra” Delcy Rodríguez, se tomó un asueto en su condición de inquisidora de dirigentes opositores que disfrutan de vacaciones en el exterior (un novedoso delito, según los muy hipócritas), para señalar que “Mónica Spear ha debido contratar guardaespaldas”. El diputado chavista Elvis Amoroso aseguró que “las armas que utilizan los delincuentes desde el 2002 para acá fueron entregadas por gente de la oposición buscando desestabilizar al país”. Como es obvio, en lugar de asumir sus responsabilidades, no tienen escrúpulos en tratar de achacar las culpas a la Oposición o a las propias víctimas !! Han sido negligentes con este grave problema, tratan con guantes de seda a los delincuentes, mientras criminalizan a la disidencia y llegan al extremo de mostrar desprecio por las víctimas, cargándoles las culpas del marasmo oficial.

Con cierta regularidad las noticias informan de un cadáver dejado en Parque Caixa, y ningún funcionario implementa un mecanismo para impedir que ese espacio siga siendo usado por los criminales para esconder allí sus víctimas, con soltura e impunidad. A dos días del crimen que cercenó la vida de Mónica y Thomas, el CICPC informaba que en ese tramo de Puerto Cabello a Valencia hay 4 bandas, y la que atracó y asesinó a la pareja, tenía 4 años funcionando en El Cambur. Sólo falta que el régimen publique un aviso indicando que “lamentablemente hubo que detener a los de la banda de Adolfito, para evitar que creciera el escándalo, pero las otras tres bandas pueden seguir operando con la garantía de que lo seguiremos permitiendo como hasta ahora, y les ofrecemos nuestras sinceras disculpas por los inconvenientes que estos operativos inusuales puedan causarle a nuestros amigos buenandros”. Maduro se permitió  también, copiando la estrategia del monarca que lo designó sucesor, declarar: “Han utilizado el asesinato de Mónica Spear para malhablar de Venezuela”, “se ha desatado el odio por Venezuela”, insistiendo en imponernos esa fascista identificación del Führer con Alemania, que los transforma de gobernantes incapaces (a quienes van dirigidos los reclamos y la indignación acumulada) en la Nación entera, que es otra dimensión, que ellos no son ni representan.

En la construcción y el crecimiento desorbitado de la Inseguridad en Venezuela participaron muchos, sobran las complicidades por omisión y por comisión, y ciertamente que no se puede encontrar a los responsables ni en las telenovelas, ni en el imperio, ni en la oposición que la denuncia, sufre y combate, mucho menos en las propias víctimas. Y lo que el chavismo llama  hegemonía comunicacional, se empeña en ocultar o minimizar el hecho evidente, cierto, terrible, espantoso, de que existen en nuestro país Bestias capaces de matar por un par de zapatos, por un celular, por un reloj, por el placer que sienten los más enfermizamente resentidos, o por subir su récord de criminal ante sus iguales. Para colmo, parece que manejan la opción de enviar a esos criminales a Cuba, de donde es más probable que regresen con el curso aprobado que diplomó de agente castrista a Maduro.

 Lo que no está bien definido, es quien resulta más criminal, si esas bestias que roban, secuestran y matan con saña y total desprecio por el prójimo, o las otras bestias, que por ambición personal, por consolidar el poder que con engaños y falsos compromisos alcanzaron, promueven y estimulan los delitos y crímenes de aquellos a quienes utilizan como herramientas útiles a sus perversos propósitos. No sigan pretendiendo que los reclamos de la ciudadanía, las denuncias, las protestas, hacen daño a Venezuela. Ustedes son los que se han dedicado sistemáticamente a destruir al país, a mantener con nuestros recursos a los países parásitos que son sus cómplices en el proyecto anacrónico y totalitario que persiguen, a entregar nuestra Soberanía a los que nunca hicieron algo positivo con la suya propia. Nuestro objetivo es rescatar a Venezuela, secuestrada por la banda más peligrosa, de las muchas que operan en nuestro territorio nacional.

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