Niños de la calle, más preguntas que respuestas
¿Cuál es la cara de una sociedad que permite que cada día sean más los niños de la calle? ¿De quién es la culpa? ¿Es de los gobernantes o de los ciudadanos que los eligieron y los mantienen en el poder sin eficientes niveles de exigencia? ¿Es del sector privado, que no se ha integrado de manera activa a ayudar, junto a los gobernantes de turno? ¿Es de cada uno de los ciudadanos del país, que no buscan maneras de organizarse para colaborar, pues piensan que ese problema no es de ellos sino de otros? Siempre, lamentablemente, habrá más preguntas que respuestas y, en este caso particular, muchos culpables y pocos dolientes.
¿Cómo resolver estas interrogantes y encontrar posibles soluciones? Nuestros niños tampoco consiguen respuestas: no entienden por qué no tienen a dónde ir ni qué comer, no entienden por qué nadie los protege, no saben si la culpa es del Gobierno o de su sociedad, pues aún no comprenden la diferencia entre quienes administran lo público y quienes son administrados. Pero, ¿nuestra sociedad sí entiende esa diferencia? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a comprometernos para cambiar esa realidad, que afecta cada día a más miradas inocentes?
Hoy tenemos el futuro de esos niños, que es el de Venezuela, en nuestras manos. Ojalá que se encuentren los caminos para que todos los sectores y personas unan esfuerzos, para generar más acciones que preguntas no respondidas. Ojalá exista un enfoque para aportar en lugar de culpar, de manera de atender a esos pequeños venezolanos carentes de malicia, quienes ya no pueden esperar más.