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Nadie lo cree

Cuando en 1923, la hiperinflación de la república Weimar de Alemania llegó a su paroxismo, lo que menos era creíble era el cambio del marco vs. el dólar. No había relación entre precios y cambio, todo lucía ridículamente subvaluado. «No hay tequeño malo ni dólar barato» es el dicho acá que en los 70 decidió por el camino del populismo. De una inflación menor al 2% anual durante décadas, la Venezuela Saudita trajo los déficits fiscales y emisión desaforada de liquidez por parte del Banco Central que todavía nos acompañan.

En Alemania se dividió el país en 8 zonas militares para garantizar el suministro de bienes y mantener el orden en medio de hambrunas que surgían por los controles de precios. La mayoría de los alemanes consideraban esencial que el gobierno controlase esos precios desbocados. Esto agravaba la escasez y la inflación, pero nadie lo creía.

La emisión de billetes crecía en ceros y en kilos cada mes. Los aviones salían cada día del Banco Central para que las empresas pudieran pagar la nómina. Luego el Banco Central autorizó a las empresas a emitir su propio dinero, ya que no podían garantizarles el suministro a tiempo.

«La culpa es de los comerciantes, quienes se enriquecieron en la 1a.Guerra y ahora con los aumentos» pensaban muchos, apoyando la represión de lo que nominalmente era una república, pero era ya un régimen militar con cabeza civil. Los enfrentamientos entre clientes y bodegueros eran comunes.

La reforma monetaria a fin de 1923, convirtió a un billón (12 ceros) Reichsmarks en 1 Rentenmark. El banco central no emitió más moneda que la existente y se cuadraron las cuentas fiscales. Los impuestos habían llegado a cubrir sólo el 1% de los egresos fiscales porque se calculaban en rentas devaluadas.

Esta reforma les dió aire para sobrevivir el intento de golpe de Hitler de ese octubre; por 10 años no pudo tomar el poder. Alemania se hunde en 1933 porque, habiendo un irrespeto a los derechos humanos e impunidad a la violencia de las camisas marrones, la democracia sucumbió al populismo nazi. No puede haber libertad si no es plena, política y económica. Cualquier parecido con otros países es meramente coincidencial.

 

Twitter: @carlosblohm

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3 comentarios

  1. Muy bueno el artículo. Habría que agregarle que, en 1923, el economista Djalmar Schacht, entonces presidente del Banco Central logró acabar con la inflación, suprimiendo nuevas emisiones de billetes y creación de una nueve moneda, respaldad y, sobre todo, creando confianza. En Venezuela es mucho más fácil acabar con la inflación pero las medidas de Maduro lo que hacen es aumentarla.

  2. Yo leo este interesante artículo hoy lunes 31 de agosto del 2015, y el asombro de Jaime Pons parece minimizado, pues en los 6 meses transcurridos, pasó de los BsF 700 el dólar, y sigue subiendo, con prepotencia y altanería. En el año 69 compré en un Bazar al aire libre, en Holanda, unos billetes de 100 Marcos, de la época de la depresión económica en Alemania, que llegaron a valer menos que céntimos !! ¿Cómo se dice Führer en venezolano? ¡¡ Gigante !! Y por sus deposiciones demuestra sus colosales dimensiones.

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