El Editorial

La xenofobia como recurso político

Donald Trump está liderando la campaña del Partido Republicano en Estados Unidos con un discurso ramplón y grosero contra los emigrantes, ilegales o no. Ese tipo de discurso no es nuevo en política, ya ha sido utilizado, con mayor o menor éxito, en diversos países y en distintas épocas históricas.  El ejemplo más letal fue el del discurso de Hitler en contra del pueblo judío al que le atribuyó todos los males que aquejaban a los alemanes y que luego hizo extensivo al resto de los judíos, viviesen donde fuera.

Más recientemente, en Francia, el partido xenófobo, Frente Nacional, liderado por la hija del impresentable Jean Marie Le Pen, aparece en las encuestas para las próximas elecciones presidenciales francesas liderando la carrera con una intención de voto de un 26%.

La xenofobia siempre existió y de hecho la palabra proviene del griego y hay que recordar que en Atenas, cuna de la civilización occidental, se descalificaba a los extranjeros llamándolos Metecos, mas o menos como hoy sucede en España con los emigrantes de América Latina a los que despectivamente denominan sudacas.

Pero todos aquellos que hacen de la xenofobia su bandera política olvidan que precisamente es el aporte de esos inmigrantes lo que  ha permitido que muchas tareas, que ya no querían ser ejercidas por los nativos, tengan quienes si las hagan y así contribuyan al desarrollo y crecimiento de sus países.

EEUU y también Venezuela le deben mucho de su crecimiento y desarrollo económico al flujo continuo de inmigrantes provenientes de diversos rincones del mundo. Y resulta curioso que sean descendientes de inmigrantes los que enarbolen las banderas de la xenofobia contra los que no hacen nada distinto de lo que hicieron sus antepasados.

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4 comentarios

  1. Quien siembra vientos, más bien ventarrones, recoge tempestades. Colombia no olvidará el trato despótico,
    brutal de efectivos venezolanos hacia sus ciudadanos e insolente hacia su gobierno y demás políticos.

  2. Para ser y que una sociedad socialista, revolucionaria y de liderazgo proletariado, pareciera que solo a podido desarrollar lo mas negativo de las sociedades primitivas. Todo lo diferente es el enemigo y solo expoliando, persiguiendo y haciendo del contrario un ´´gitano´´, pareciera ser lo adecuado para justificar cualquier desmán sobre el humilde y el desposeído por el solo hecho de haber nacido unos metros más allá de una frontera imaginaria. Pero ello no ha sido obise para desgañitarse cantando ballenatos y llorar como niños la muerte del guajiro Diomedes en medio de parrandas sin fin, como si de un solo pueblo se tratara. Y ahora salen con la vaina que las hermosas cachacas del Norte de Santander son feas y desdentadas, contrabandistas y malas gentes, cuando allí todo el mundo sabe como es la vida de frontera y a que se dedican desde los Generales hasta los arrieros del camino.

    Y es que desde que llegaron estos disociados al poder con sus ideas sobre montar Vietnans a atroche y moche por todo el continente y sembrar ideas que no tienen nada que ver con el comercio y el sano emprendimiento, aquello se ha convertido en un gallineral y un desorden público donde los únicos extranjeros son éllos, que llegaron para cobijar guerrilleros, narcos, sicarios y cuanta escoria humana acabó con el orden natural de las cosas y sembraron odios y rencores que no tienen nada que ver con el natural de su forma de vida. Y es que todo lo que tocan lo contaminan y destruyen ; al punto que han provocado un éxodo sin precedentes, dividiendo familias, acabando con fuentes de empleo, violando niñas y construyendo su nuevo orden a punta de bayonetas y maltratos precisamente sobre la razón de ser de toda revolución : el pueblo.

    Esos delitos de lesa humanidad se pagan y ni siquiera el rey de los locos, el ex Caudillo, nunca se atrevió a llegar tan lejos. Si, amenazaba, gritaba, escupía veneno y todo lo que se quiera, pero hacer lo que está haciendo el señor Maduro – siendo un cucuteño de pura cepa -, solo lo hace una gente de muy malas entrañas y admitir que no pertenece a ninguno de esos dos mundos por ser un apátrida de papeles amañados y sin mas cobijo que la brindada por un hijo de latifundistas gallegos, que ya lleva más de medio siglo metiéndose en donde no lo llaman y que ha asumido el papel de padre putativo de ese monstruo, que aquí llaman ´´Presidente´´ sin tener credenciales para serlo. Y nos preguntamos : ¿ Qué sería lo que le diría el ´´pajarito´´ si pudiese hablar ?. No quisiéramos estar presentes para escuchar la andanada de insultos de grueso calibre de los que el finado solía hacer gala cuando amanecía ´´venático´´ y con el pie izquierdo…

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