La respuesta de Chile
«Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía»- Simón Bolívar
En la víspera de la conmemoración del derrocamiento de Allende un atentado terrorista dejó 14 heridos. De inmediato, la presidenta Bachelet convocó a todos los partidos de la oposición y de la concertación a su despacho. La Fiscalía solicitó la cooperación internacional. El Parlamento produjo un acuerdo unánime de condena y arrancó a reformar la Ley Antiterrorista para imponer mayores penas. En los medios apareció el exmandatario Ricardo Lagos haciendo un llamado a todos los chilenos a defender la democracia y las instituciones. Días antes, la propia presidenta encabezó un homenaje a los 50 años de la llegada al poder de Eduardo Frei Montalva, fundador de la Democracia Cristiana. El pasado fin de semana, en un Te Deum organizado por los evangélicos coincidió la presidenta, con su antecesor Sebastián Piñera y otros expresidentes.
Si en Venezuela ocurriese un acto de terrorismo similar. Sucedería todo lo contrario. El gobierno acusaría a la oposición democrática y a la derecha de la perpetración. Las instituciones rechazarían cualquier posibilidad de cooperación internacional por parte del primer mundo. La Asamblea Nacional seía el epicentro de un debate estéril y de acusaciones mutuas. Y los más conspícuos voceros gubernamentales denunciarían al imperialismo de estar detrás de todo lo ocurrido.
Ante un problema que afecta el bien común y el interés general, hoy los chilenos responden unidos. No vuelven a caer en el error de la división suicida, ni de las violaciones a los derechos humanos o al Estado de Derecho. Entienden que abre las puertas, al apetito insaciable de los hombres de presa. También la anarquía, el desorden, las crisis económicas, pero sobre todo las disputas políticas exacerbadas e infecundas, sirven de excusa al golpismo. Democracias como la chilena, necesitan de mínimos consensos.Sobre esa base, Chile es un país ejemplar, no sólo en lo político, sino en lo económico. Un país que luego de la amarga tiranía de Pinochet, ha vuelto a ser el modelo de cultura política de la América Latina.
Para orgullo de los venezolanos, Andrés Bello, fue de los fundadores de esa gran historia, y O’Higgins el Libertador de Chile, el gran aliado, de Miranda y de Bolívar en la lucha por la unión continental.
