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La globalización del conflicto en torno al Islam

El conflicto en torno al Islam es el problema global más extendido y se antepone tanto al enfrentamiento entre Rusia y Occidente, como a la puja estratégica entre EEUU y China. El factor religioso va adquiriendo creciente influencia, mostrando mayor gravitación que las variables socioeconómicas y estratégicas propiamente dichas. A comienzos de siglo XX, en Medio Oriente y su entorno (incluyendo países como Egipto y Turquía) el 20% de la población era cristiana; un siglo más tarde lo es solo el 5% y la tendencia indica que seguirá disminuyendo. Hoy los cristianos en esta región han quedado reducidos a solo 11 millones: 5 de cristianos coptos, 4 de maronitas y 2 de ortodoxos griegos. En el caso de Irak, al producirse la invasión de EEUU y sus aliados, eran un millón y ahora quedan sólo 300.000. La situación más difícil para los cristianos se da hoy en Irán y Arabia Saudita (los dos países que lideran respectivamente el Islam chiíta y el sunnita) y en Irak, Siria y Yemen, donde la irrupción del EI ha radicalizado no sólo el conflicto entre el fundamentalismo islámico y Occidente, sino también el enfrentamiento dentro del mismo mundo musulmán. Los cristianos perseguidos se sienten abandonados por Occidente. Ninguno de los tres cultos mencionados se alinean con el Vaticano o las versiones protestantes del cristianismo y ello en parte explica la inacción frente a su situación.

En Europa crece al mismo tiempo el rechazo al Islam y la emigración de los judíos que se sienten como una minoría cada vez más amenazada. En Francia el 56% cree que los musulmanes son una “amenaza” para el país. En Italia, el primer ministro (Renzi) viajó a Moscú, buscando la cooperación de Putin para encontrar una solución política a la guerra civil de “baja intensidad” que se libra en Libia, frente a las costas de Italia, que puede arrojar un millón de refugiados sobre los países europeos del Mediterráneo. El EI anunció que a través de estos inmigrantes conquistará Roma. En Moscú, Putin acusa a extremistas chechenos musulmanes del asesinato de un líder opositor importante (Nemtsov) y trata de ubicar el hecho en la línea de los atentados que han tenido lugar en Francia y Dinamarca. Al mismo tiempo, la emigración judía hacia Israel y otras regiones va aumentando. En el caso francés, no solo es por temor a los musulmanes, sino también por un eventual triunfo de Le Pen, cuyas posturas son percibidas como amenazantes tanto por ellos como por los judíos. La memoria del Holocausto está cerca y ello hace que las señales de hostilidad sean percibidas como anticipo de situaciones peores.

En los EEUU, que un jefe de gobierno extranjero hable en el Congreso contra la política del Presidente es un hecho sin precedentes que muestra la intensidad del conflicto entre Israel e Irán. Netanyahu habló ante la Cámara de Representantes, que tiene mayoría republicana -al igual que el Senado-, y criticó el acuerdo nuclear con Irán que negocia EEUU en el marco del G6, integrado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania. Medio centenar de legisladores demócratas decidieron no asistir, Obama no recibió a Netanyahu y el Vicepresidente (Biden) se ausentó para no hacerlo. Netanyahu calificó de “mal acuerdo” el que se negocia y Obama lo criticó por “no aportar soluciones”.  El Presidente dice que el acuerdo es posible y los republicanos anticiparon que pueden rechazarlo. La política exterior siempre unificó a los EEUU, pero ahora divide como pocas veces en el pasado. A Obama y Bush les ha sido más fácil mostrarse juntos contra el racismo al cumplirse medio siglo de la represión a la minoría afroamericana en Selma (que tuvo lugar durante una Presidencia demócrata), que unificar criterios frente a Irán. El conflicto se extiende globalmente y hasta América Latina comienza a involucrarse. En Ecuador, un dibujante del diario Universal ha sido amenazado de muerte por satirizar a los integrantes del Estado Islámico; en Uruguay, Israel dijo que temía un atentado contra su embajada en Montevideo, y en Argentina la denuncia y muerte del fiscal Nisman crea una situación en la cual el gobierno de Cristina Kirchner se muestra cada vez más cerca de Irán y lejos de Israel. El 17 de marzo se conmemora el 23º aniversario de la voladura de la embajada israelí en Buenos Aires por parte de Hezbollah, que también será el día en que se realizan las elecciones generales en Israel, donde Netanyahu se juega su tercer mandato.

El acuerdo nuclear con Irán entrará en una etapa decisiva durante la segunda quincena de marzo. Debe ser aprobado en forma provisoria antes del 30 de marzo y definitiva antes del 30 de junio. Kerry visita a las monarquías del Golfo -aliadas de EEUU en Medio Oriente-, donde han surgido críticas al acuerdo, las que buscará aclarar. La gira culmina el 15 de marzo en Teherán, donde se  reunirá con su par iraní para cerrar el acuerdo provisorio. Por su parte Irán, tras una ronda de negociaciones en Suiza, ha dicho que no cederá a “demandas excesivas” y que si no se alcanza el acuerdo, puede retirar su apoyo a la coalición que combate contra el EI en Irak y Siria, donde tiene un rol cada vez más relevante. El EI muestra cada vez más su extremismo religioso, al destruir en Irak la capital asiria de Nimrod, tesoro arqueológico y arquitectónico pre-cristiano, y luego hacer o lo mismo con las localidades de Hatra y Dur Sharrukin, con más de dos milenios de antigüedad. La ofensiva de la coalición aliada y las fuerzas iraquíes para tomar Tikrit ha sido exitosa y ahora se prepara el asalto de Mosul, de hecho la capital del Califato y se ha negado a destinar fuerzas para proteger los tesoros históricos, como ha pedido la UN. En Siria, la ofensiva aliada está centrada en los bombardeos de la aviación estadounidense, que mataron al jefe del Frente al Nusra (Al Qaeda en el país) y destruyeron una planta petrolífera en manos del EI. En cuanto a la elección israelí, los sondeos muestran un resultado incierto, con alta fragmentación política y dudas sobre la eficacia de la polarización que intentó Netanyahu con Obama.

En conclusión: el conflicto en torno al Islam domina el escenario internacional y el factor religioso tiene un lugar importante en el mismo, como lo muestra la emigración de los cristianos de Medio Oriente; en Europa crece la percepción de “amenaza” respecto a la población musulmana, al mismo tiempo que aumenta la emigración de los judíos por temor, especialmente en Francia; el discurso de Netanyahu contra Obama en el Congreso de EEUU muestra una división sin precedentes respecto a un conflicto de política exterior, el que incluso tiene manifestaciones hasta en América Latina y el acuerdo con Irán y la elección israelí pueden ser dos definiciones importantes en este conflicto en la segunda quincena de marzo.

Fuente: http://www.nuevamayoria.com/

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