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La calle es la clave

Por Valentín Arenas

Esta cultura es un arma de doble filo que debe manejarse  con cuidado. Por una parte, se resiste a que la destruyan y con ella la libertad y el respeto a los derechos humanos. Esta cultura es la principal reserva o muralla con la que cuenta hoy Venezuela  para defender los valores propios de la persona humana y el sistema  político que mejor garantiza su ejercicio que es la democracia. Pero esta cultura protectora necesita ser manejada con  prudencia y realismo para que no se convierta en un arma de “doble filo” que le permita al régimen mantenerse en el poder y destruir al país.

Veamos ahora como puede la cultura democrática dispararle al sistema democrático y asesinarlo. Cuando una autocracia se apodera de todos los poderes del Estado, de los medios de comunicación  y utiliza los recursos petroleros para mantenerse en el poder, ese régimen usa las elecciones y las repite constantemente para engañar al ciudadano, de Venezuela y del mundo, simulando que aquí existe una democracia cuando no existe pues la soberanía le fue robada al pueblo por el autócrata que es ahora quien lo decide todo pues se apropió de la soberanía popular. Y para engañar le llama a todo P.P., o sea, Poder Popular y así  a punta de propaganda, tiene secuestrada  la soberanía popular. Esto que estamos viviendo más peligrosos no puede ser porque despliegan la bandera democrática  mientras practican un sistema autocrático de gobierno. Una estafa colosal.

¿Cómo nos salimos de esta trampa montada desde hace quince años? Lo primero que hay que hacer es identificar la verdadera naturaleza del régimen  que padecemos. Si seguimos tratando un cáncer pulmonar como si fuera una gripe no es difícil adivinar cual será  el final. Venezuela padece de un régimen autocrático que cometió la estupidez de copiarse de otro similar que  acumula más de cincuenta años en el poder y ha mantenido  a su pueblo sin libertades y sin pan. Si seguimos creyendo que vamos a salir de esto, que no es  un régimen de derecho  sino  de fuerza, usando la vía electoral es un error propio de nuestra cultura democrática que puede conducirnos a padecerlo durante muchos años. ¿Cual es entonces la salida? Una fuerza  política montada durante quince años solo se derrota por otra fuerza, igual o superior, que tenga capacidad para enfrentarla. Esa fuerza es sin duda alguna la SOCIEDAD CIVIL pero necesita movilizarse y pasar de la pasividad a ser actora y constructora del regreso a la Venezuela democrática que todos queremos tener y que tanto extrañamos porque el venezolano es amor y no odio, quiere paz  y no guerra. Para lograr esto las marchitas, una por aquí y otra por allá, no sirven. Se necesita una sola marcha de DOS O TRES MILLONES  de ciudadanos dispuestos a reconquistar la libertad en una verdadera  democracia donde el soberano  vuelva a ser el pueblo y no el autócrata.

Resumiendo: en una democracia la soberanía auténtica la ejerce  el pueblo y en una autocracia  quien la ejerce es el autócrata. Si queremos volver a ser soberanos tenemos  que mostrar  nuestra fortaleza  acompañando a los jóvenes: LA CALLE ES LA CLAVE.

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Un comentario

  1. Cuando las piezas encajan correctamente en el juego de la praxis política y estas producen resultados concretos, se comienza a disfrutar de la Política con mayúscula. Y lo digo, porque quienes pensamos que si estamos presenciando los pasos en la construcción de un Nuevo Orden Mundial, no hemos estado tan errados al momento de emitir juicios, adelantado hipótesis y hasta defendiendo presuntas »causas perdidas». Y es que un viejo y muy querido amigo (amigo de verdad), sacerdote jesuita, radicalmente conservador, de derechas a hasta los tuétanos, llevamos algunos años discutiendo ( el en contra, y yo a favor), sobre la emergencia y el papel de los INDIGNADOS en España y el mundo, cara a las transformaciones y cambios que pudiesen jugar estos señores en el mundo actual. Y ahora, de sopetón, un tal Iglesias ha creado una conmoción en el Parlamento europeo, con un partido llamado Podemos, al lograr aglutinar a los »indignados» de dentro y de afuera del viejo continente y alcanzar un éxito sin precedentes.

    Los Indignados, no cuestionan el sistema ; aglutinan parte de la sociedad civil ; en el están aglutinados personas de todas las edades, oficios y profesiones, con o sin trabajo ; pero que tienen en común, el tener – mal que bien -, satisfechas sus necesidades materiales pero que exigen algo mas. Mas eficiencia de los servicios públicos ; mejor atención y calidad a nivel de educación, de calidad ; servicios públicos y, cero corrupción en el manejo de los presupuestos nacionales y regionales entre otras cosas. Ahora bien, en el caso de Podemos, el asunto va mas allá, digamos que la »carta bajo la manga» es que su proyecto es una especie de »arroz con mango», contiene elementos del socialismo y el populismo en grado extremo, y si tiene por objetivo político la unificación de las izquierdas y la conquista del poder, lo que lo hermana y aproxima al comunismo, y como movimiento radical esta destinado a chocar con el nacional – socialismo y todas las demás corrientes ultrosas de la derecha. Y ahora nos enteramos que asesoró al ex Caudillo en aquello del poder popular, los colectivos armados, y que recibió generosas contribuciones del gobierno venezolano para darle forma y contenido al ideario del comandante Supremo o Galáctico y hasta consejas de como hacer la revolución permanente con el aporte interesado de los hermanos Castro Ruz.

    Aclarado lo anterior, lo importante es descifrar el como y el cuando, un desconocido profesor universitario nos da tamaña lección de agudeza y oportunismo político como para ser tan eficiente al momento de alcanzar sus objetivos políticos inmediatos. La respuesta, por lo elemental es sorprendente. Por años hizo trabajo de calles, penetró en los barrios, habló con la gente, palpó el descontento y se percató de que esa realidad, ofrecía un infinito margen de oportunidades políticas. Descubrió que el populismo era el instrumento para canalizar la búsqueda del poder. Y todo sin mas recursos que las redes sociales y los canales de las pequeñas televisoras regionales y comunitarias, pero utilizadas con una eficiencia pasmosa, digna de un Bill Gates. Definitivamente, un tipo inteligente y con visión que le ha dado un »palo cochinero» al sistema establecido y ha tomado a los poderes hegemónicos, fuera de base. Otra cosa muy diferente es que ya descubierto, pueda continuar avanzando en su proyecto socialista y populista con tanta »impunidad». Los europeos ni son tan ingenuos ni tan »pendejos».

    Lo que señala el señor Arenas es lo correcto. En nuestro caso, es la sociedad civil quien tiene la solución al problema, y el futuro no esta en nuestros partidos políticos ya viejos y obsoletos ; ni en »diálogos» vacíos de contenido; ni en generales sin batallas ; el futuro, está en esa sociedad civil »indignada», en los millones de estudiantes universitarios que pelean todos los días por nosotros ; en nuestras familias, hijos y nietos que son la razón de ser de una Venezuela decente que no ha desaparecido. Y es que mis amigos, obreros, campesinos, empresarios y demás fauna roja – rojita, quiere dar el salto, pero también desconfían de los partidos nuevos y viejos, no creen en tales dirigentes como tampoco creen en el PSUV y su dirigencia corrupta. Necesitamos la emergencia de un nuevo liderazgo que está ahí y que puja por emerger. Y es que si se torna »populista» en este momento, pues que así sea, por que decir que la cura de todos nuestros males es tomar mas purgante (mas de lo mismo), lo que se hace es aterrorizar a propios y extraños. Lo importante es que si hay que ir a un cambio ; pero un cambio sustentable, coherente, pero sobre todo bien intencionado y necesariamente, el que no eludamos hacer nuestra propia revolución, por que ésta no es patrimonio exclusivo de los socialistas (comunistas) ; también existen las revoluciones burguesas, que son las que a mi me gustan…

    Buen artículo señor Arenas, lo felicito.

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