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¡Indignaos! Reaccionar ¡Comprometeos!

El 15 de mayo de 2011, fue una fecha importante para el pueblo español y para buena parte del mundo occidental, amenazado con una escalada destructora del capitalismo global. Ese día despertó a una marea de gente que necesitaba gritar su inconformidad con lo que estaba pasando, sobre todo, gritarle al Poder constituido que ya era suficiente el manejo descuidado e irresponsable de los asuntos públicos y de la política internacional. Una marea de gente se concentró en la Puerta del Sol, en Madrid-España, extendiéndose luego a otras ciudades españolas, concentrándose en las principales plazas públicas de Madrid, Barcelona, Santiago de Compostela, Bilbao entre otras; y después solamente quedaron pequeños focos locales desde donde la voz de quienes estaban hartos del modelo segregador capitalista, se identificaron con las ideas de un alemán-francés longevo llamado Stéphane Hessel (1917-2013), que en su juventud se había enrolado en la Resistencia, condenado a muerte y torturado por la Gestapo, pasando temporadas en varios campos de concentración, siendo testigo de la histórica redacción de la Declaración de Derechos Humanos; un hombre de una vida y una altura moral inmensa para sacudir conciencias a nivel global; para los asistentes a aquella marcha del 15 de mayo, era “Un héroe civil, un agitador pacífico y con las ideas claras”.

Sacando la situación real que atravesaba (y atraviesa) España en el 2011, la voz de “¡Indignaos!”, se hizo una sola en boca de aquellos españoles confrontados con una realidad dura y asfixiante; luego recorrería toda Europa y llegaría a Latinoamérica, evidenciando no solamente la inconformidad de los pueblos, sino la necesidad de que quienes tienen funciones de Poder, asuman su responsabilidad frente a la historia y frente a sus electores.

Hessel había publicado en el 2010, un opúsculo titulado “¡Indignaos! Un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica”. El libro comenzaba diciendo: “Noventa y tres años. Es algo así como la última etapa. El final ya no está muy lejos. ¡Qué suerte poder aprovecharlo para recordar lo que fueron los cimientos de mi compromiso político: los años de resistencia y el programa elaborado hace 66 años por el Consejo Nacional de Resistencia!”. Es un texto aleccionador y humano, en el que Hessel escribe sobre los cimientos de su compromiso político en el Consejo Nacional de la Resistencia en la Francia ocupada de la Segunda Guerra Mundial; menciona y enumera las principales conquistas que a partir de 1945 el Consejo Nacional de la Resistencia logró para los ciudadanos franceses, donde se creó la seguridad social, se nacionalizó los bancos y las fuentes energéticas, se creó una prensa independiente y una enseñanza no discriminatoria; cada una de estas conquistas sociales de la resistencia es lo que hoy está en peligro y en tela de juicio. El propio autor en el 2011, en una entrevista concedida a El País de España, dice: “…Cuando empezamos con la idea de este pequeño libro teníamos a Francia en la cabeza. Ocurrió que en pocas semanas se produjeron varios acontecimientos. La popularidad de Sarkozy se fue hundiendo, lo mismo ocurrió en Italia con Berlusconi, e incluso en España con Zapatero, y en Portugal con Sócrates. Antes de que se produjeran las revueltas del norte de África, la idea de que los Gobiernos de varias partes del mundo rozaban comportamientos que provocaban la indignación de la gente era algo que raramente habíamos visto.” Y más adelante sentencia: “…No soy un tipo violento. Puedo entender qué lleva a la gente a la violencia. Pero a mí no me convence. Mi primera indignación tenía un nombre: los nazis. El fascismo de Franco y Mussolini, incluso Stalin, de quien ya tuvimos noticias de sus purgas en 1935. El totalitarismo. Además, teníamos el ejemplo de los republicanos españoles como contraposición a los comunistas más cerrados. Yo siempre me consideré demócrata, y cuando este sistema estaba en peligro me indignaba. Pero incluso dudé. Los estragos de la I Guerra Mundial nos hacían pensar a muchos que había que agotar todas las vías antes de entrar en otro conflicto. Negociar y dar la palabra a la gente de los diferentes países. Solo cuando vi claro que esta gente lo único que quería hacer era conquistar Europa con métodos violentos me convencí de que había que enfrentarse a ellos por las armas.”

El motivo del texto de Hessel era develar el sentimiento de indignación que sentía la resistencia francesa, apelando a los jóvenes a dar vida y transmitir la herencia de la Resistencia y sus ideales; los responsables políticos y el conjunto de la sociedad no pueden claudicar ante la dictadura de los mercados financieros que amenaza la paz y la democracia en el mundo. Hessel, planteó en su libro “una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el consumo de masas…” Es fijar una postura radical y razonada ante la manipulación del consumismo y la excesiva impunidad a la corrupción. Luego, en el 2011, vendría el texto “Reacciona”, que reúne ensayos de José Luis Sampedro, Baltasar Garzón, Federico Mayor Zaragoza, Javier Pérez de Albéniz, Javier López Facal, Carlos Martínez Alonso, Ignacio Escolar, Rosa María Artal, Àngels Martínez Castells, Juan Torres López y Lourdes Lucía; las ideas allí dispersas buscan alertar de la crisis política que recorre la sociedades actuales y la necesidad de respuesta social a la corrupción, a los poderes financieros y económicos y a los poderes políticos, alejados cada vez más de la ciudadanía.

De esa experiencia, también en el 2011, se publican una serie de conversaciones con Hessel, por parte del escritor y activista social Gilles Vanderpooten, que se publicó con el título “¡Comprometeos!”; en el texto se señalan cinco causas de esa indignación visceral ante el capitalismo global: los jóvenes afectados por el paro y la precariedad laboral; la incertidumbre de la sociedad ante un consumismo que deteriora el nivel de vida de las clases menos favorecidas y la clase media en general; el engaño a la sociedades en regímenes democrático, de políticas públicas sociales y de inclusión; y los escándalos de corrupción sin culpables ni investigados. Hessel aborda en este texto las pautas de desarrollo de los países industrializados y en vías de desarrollo; y manifiesta lo urgente e indispensable de romper la lógica productivista basada en el enriquecimiento al más bajo costo posible, estimulando la explotación del hombre por el hombre; así mismo, se adhiere a la idea de una ecología vista y pensada para el mundo occidental, tomando ideas de Daniel Cohn-Bendit, Eva Joly o Nicolas Hulot, en razón de lo que se ha llamado la “Europa Ecológica”. Hessel, no ocultó su temor de ver amenazado el mundo por un desarrollo desbocado a causa de las desregulaciones, en todos los órdenes, derivadas del gran auge del neoliberalismo financiero; él confió en la capacidad de los organismos internacionales para poner orden y salvar el mundo. Como propuesta, propuso la creación de un Consejo de Seguridad Económica y Social, que agruparía a los veinte o treinta estados más potentes por su multiculturalismo y por su autoridad moral para actuar y regular las instancias económicas, comerciales, de trabajo, de la salud; de ese modo el sistema de las Naciones Unidas tendría una presencia más activas en las políticas públicas de inclusión y de justicia social. Qué cosas, esta propuesta fue apoyada por el Comandante Hugo Chávez en su momento, para algunos de la oposición fue una “actitud irresponsable”, porque comprometía al país en el debate mundial por la necesidad de rescatar el medio ambiente. Hoy día, visto a la distancia, fue una posición digna, altamente moral, donde Venezuela no solamente entendía los males que gracias al capitalismo salvaje acechaban a la humanidad, sino que había la necesidad de reaccionar y hacer algo para contrarrestar tanta desigualdad y falta de equidad en la distribución de las riquezas naturales planetarias.

 

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