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Fwd: Salario mínimo

Se denomina salario mínimo a la menor retribución que debe recibir un empleado de la empresa u organización donde trabaja.

Se expresa en unidades monetarias oficiales por períodos de trabajo, días, semanas o meses.

Antes de entrar en la materia propuesta nos interesa explorar algunos conceptos.

La palabra salario proviene del latín y significa la cantidad de sal que, durante el imperio romano, se le otorgaba a los soldados a cambio de sus labores. Esta palabra, que tiene como sinónimos a sueldo, soldada o estipendio, se ha extendido en toda la tierra a las regulaciones legales de las relaciones entre los trabajadores y sus patronos. Existen diversos adjetivos que matizan a la palabra salario. Uno de ellos es el que utilizamos como título de estas líneas y, de acuerdo con lo que pensamos, está totalmente desvirtuada.

Cuando los Estados, controlados por regímenes equivocados, tratan de sustituir las funciones del mercado y abordan el control de variables económicas, se producen leyes que intentan constreñir las fuerzas de este. Muchas de estas acciones son, por efecto de las fuerzas naturales, desvirtuadas. En este grupo y con algunas reservas, pensamos que es lo que sucede con el salario mínimo.

Los albores de las medidas controladores del salario las encontramos en las legislaciones de Australia y Nueva Zelanda durante el siglo XIX. Hoy día son muchas las naciones que tienen legislaciones sobre el tema.

Pensamos que el establecimiento de un salario mínimo, en aquellos tiempos, tenía la función de recompensar adecuadamente a los trabajadores y que sus ingresos les permitieran adelantar una vida para ellos y sus familias, que sobrepasaran los límites de lo que llamaremos adecuado. Hoy, en Venezuela, estas premisas están olvidadas.

Encontramos que la primera determinación del salario mínimo en Venezuela se realizó en 1989, cuando se fijó en cuatro mil bolívares por mes (cuatro mil bolívares de esa época eran, dependiendo de la fecha, algo menos de cien dólares). A fines del siglo XX (1999) se fijó en ciento veinte mil bolívares mensuales que al cambio del mes de febrero eran menos de doscientos diez dólares, en diez años, el salario mínimo se multiplicó por treinta.

En abril de 2008 se cambia el cono monetario venezolano que dividió por mil la denominación del bolívar y  se decretó un salario mínimo en 799,23 bolívares, que al cambio oficial de 2,15 Bs/$ equiivalían a 371,7 US$. Ahora, en febrero de 2015, se fijó el salario mínino en cinco mil seiscientos veintidos bolívares con 48 céntimos. En la muy complicada y absurda equivalencia que tiene el dólar norteamericano en nuestro país tenemos la siguiente paradoja.

Si pensamos la falacia de que la equivalencia oficial del dólar es de 6,3 Bs. lo que colocaría al salario mínimo en ochocientos noventa y dos dólares con 46 centavos. Pero existe una tasa SICAD de 12 bolívares por dólar lo que ubicaría el salario mínimo en cuatrocientos sesenta y ocho dólares con 54 centavos. Si pensamos en la tasa SIMADI, que teóricamente rige para importaciones generales, el valor del salario mínimo apenas llega a treintiun dólares con 95 centavos y si lo pensamos al dólar paralelo…nos sentamos a llorar.

El martes pasado se anunció por parte de las autoridades del Banco Central de Venezuela, el precio de la cesta alimentaria. La suma de precios de alimentos seleccionados por el banco para que puedan comer durante un mes, una familia de cinco personas. La evaluación del BCV para fines del primer trimestre arroja un valor de veinte mil novecientos diecinueve bolívares con 53 céntimos. Si dividimos esta suma entre el salario mínimo nacional llegamos a la conclusión de que la familia de los trabajadores venezolanos requiere de 3,72 salarios minimos, apenas para comer. Esto quiere decir que esa famélica familia no puede dedicar nada para ninguna de sus otras necesidades, vestido, transporte, salud, equipamiento del hogar, diversión…y un etcétera inabordable.

Pensamos que tiene que regresarse al concepto fundamental de que el salario mínimo debe ser aquel que le permite al ciudadano mantener honestamente a su familia. Debemos hacer una premisa, el salario debe estar atado a variables como son la cantidad y la calidad del trabajo que se compensa, temas que requieren otros espacios.

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