El Colegio La Salle
La educación es el paso que va dando un ciudadano, a lo largo de su vida y que le permite hacerse un individuo mejor. La educación es un bien que comienza a moldearse en el hogar,
más existen los colegios que son los ambientes propicios para hacer una evolución ordenada y con fundamentos que con la libertad de cátedra de cada profesor y respeto los lineamientos de los programas establecidos conforman la “carrera” de cada ciudadano.
El 16 de febrero de 1913, en Barquisimeto, inicia sus labores el primer Colegio La Salle de Venezuela. Posteriormente, con el transcurso de los años, se fueron iniciando labores educativas dirigidas por la congragación en Caracas, Valencia, Puerto Cabello y Mérida. Hoy, de acuerdo con lo publicado por la comunidad, tienen presencia en trece localidades nacionales.
El Colegio La Salle de Tienda Honda fue nuestro sitio de estudios durante lo que se denomina “la primaria”. Vivíamos en El Paraíso y viajábamos cuatro veces al día entre la Avenida Páez, cerca del Estadio Nacional (hoy Brígido Iriarte) y El Silencio. Cada viaje costaba una locha. Ei terminal de los autobuses estaba al lado del Palacio del Libro. Una travesía de unas diez cuadras, en subida, nos llevaba al colegio, atravesábamos la Plaza Bolívar y era frecuente que nos distrajéramos, y aprendiéramos historia de Venezuela, visitando el interior del Capitolio.
Los maestros notables de la época eran el Hermano Gastón, director del colegio, el Hermano Luis (“cabeza de martillo”) quien era el prefecto de primaria, el Hermano Benito quien, entre otras labores que incluían las clases de tercer grado “B”, coordinaba todo lo relacionado con el futbol, el Hermano Gerardo, prefecto de bachillerato, el Hermano Francisco que se ocupó de avisar la víspera de cada primer viernes a todos sus alumnos…de por vida. Y reservamos capítulo aparte para el Hermano Ginés quien aparte de motivar a todos los alumnos con atención hacia la naturaleza, inició y dirigió por muchísimos años esa obra fundamental, la Fundación La Salle para las Ciencias Naturales. En el ámbito nacional y trascendental tenemos que dedicar un recuerdo al Hermano Nectario María quien escribió valiosos libros de distintas materias y que nos eran imprescindibles en nuestro aprendizaje.
Recibimos una educación de primera. Además. El deporte, especialmente el futbol, era y sigue siendo actividad fundamental en la educación de los alumnos.
La educación impartida por los colegios La Salle y San Ignacio, junto con otros varios, ha sido estupenda. En aquellos años, segunda mitad de los cuarenta, estos colegios quedaban apenas a unos cien metros de distancia y éramos íntimos amigos…a pesar de las diferencias deportivas.
Quisiéramos destacar un evento que nos marcó profundamente. En aquellos años, previos a las enseñanzas y planteamientos de Juan XXIII con el Concilio Ecuménico II, la “separación” entre las distintas religiones era honda. En la manzana que arropaba a ambos colegios, entre las esquinas de Jesuitas y Maturín, está la sede de la Logia Masónica. Templo impresionante cuya puerta principal está guardada por dos columnas salomónicas imponentes. Estas, naturalmente, eran fuente de curiosidad para aquella pléyade de niños y jóvenes. Los Hermanos del La Salle nos exigían que si teníamos que transitar entre esas esquinas, lo debíamos hacer por la acera del sur “pues la Logia está en la acera norte”.
Gracias a Dios, la actitud y pensamientos alrededor de otras religiones recibe hoy un tratamiento diferente. Todos somos hijos de Dios y nos debemos tratar como hermanos.
El Colegio La Salle, como muchos otros centros educativos dirigidos por congregaciones o por asociaciones civiles, brindan una educación, que ajustada a las exigencias de las autoridades nacionales, deben consagrar la independencia del profesor y su libertad.
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@rafael862
Buenas, en los años 1956, 57, 58, existiò el Colegio La Salle en SanCrístobal, Táchira, pero no consigo registros de esa digna Institución.