El Editorial
El bachaqueo o la destrucción de Venezuela
Uno de los síntomas de la desintegración del Estado es lo que se denomina el bachaqueo, que no es otra cosa que comprar bienes regulados en bolívares y revenderlos ya sea fuera de Venezuela o en el mercado, a precios a 400 ó 500 por ciento más alto que el valor de adquisición.
Lo grave es que ya ese tipo de negocio no es un hecho aislado sino endémico, porque en un sistema en el que conviven 4 tasas de cambio, en el que los bienes regulados no reflejan los precios de mercado con una inflación de tres dígitos y en elque el desabastecimiento es cada día mayor, resulta que la actividad económica más lucrativa es comprar barato, aún haciendo colas de 4 horas, y revender con ganancias exorbitantes que permite a quien lo hace un ingreso infinitamente más alto que la gran mayoría de los trabajos formales.
Esa nueva modalidad comercial amenaza con desestabilizar toda la actividad económica formal, ya sea porque incrementa el ausentismo o incluso el abandono del trabajo formal, relativamente mal remunerado, por una actividad que no tiene controles fiscales de ninguna naturaleza y es altamente provechosa para quienes la realizan.
Toda esta anómala situación que no puede mantenerse en el tiempo sin consecuencias fatales para la economía del país y sólo podrá resolverse con un cambio sustancial de la política económica y eventualmente, como en otros países de la región, con la dolarización de la economía.
Mientras el gobierno despilfarra miles de millones de bolívares devaluados e inorgánicos y unos cuantos en dólares, para convencernos y querer convencer al mundo , que los ´´marines´´ están por desembarcar en costas venezolanas y bombardear la población sin distingos de ideologías, y la lista de funcionarios con cuentas en el exterior crece como la espuma, la población ni tiempo tiene para pensar en esas imbecilidades y anda mas preocupada por insolarse en las colas para adquirir dos jabones ´´ Las Llaves ´´ y cuatro paquetes de ´´Harina PAN´´ bajo la mirada escrutadora de la GNB y la actitud prepotente de unos militantes rojos, que tampoco se creen esa vaina de que están salvando la revolución y haciendo ´´Patria´´.
Lo cierto es que la el contrabando de extracción es un gran negocio que prospera y enriquece a unos cuantos políticos, militares, comerciantes inescrupulosos, transportistas, camioneros y en suma, el haber logrado un nivel de organización y eficiencia digno de mejores causas. Y es hasta ´´democrático´´ porque la cadena ´´productiva´´ es hasta inclusiva al incorporar a cuanto desempleado necesite ganarse el día ; al punto de que se han creado nuevos oficios y ocupaciones como el ´´cuida colas´´, el ´´comisionista´´, el que alquila su celular para que el ciudadano llame a toda su parentela para informarle que en X sitio hay tal o cual producto. Un fenómeno que maximiza el ´´orden dentro del desorden´´.
Nadie ya se cree el cuento de que el gobierno combate la especulación y persigue al especulador ; por el contrario, lo estimula y desarrolla. ¿ Quién no ha visto los camiones de los contrabandistas de combustible gozando de entradas preferenciales, mientras el ciudadano permanece horas en las colas para surtirse de gasolina ? ; o, el ´´matraqueo´´ inclemente de la GNB en las alcabalas, donde el que transporta mercancías le entrega el ´´sobre´´ al funcionario para continuar su camino sin revisión alguna. Vivir en frontera enseña mucho. Hasta conseguir un ´´por puesto´´ es un drama, pues un conductor se gana en un día 5.000 Bs/F por ´´bachaquear´´ gasolina hasta los centros de distribución a un paso de la frontera. ¿ Quién puede con eso ?. Y es que hasta ´´caviar´´ se consigue en los mercados, pero como señala acertadamente el EDITORIAL de hoy, con un 500 % de sobreprecio. El problema es que si antes la gente miraba hacia otro lado, ahora con la pérdida del poder adquisitivo y la inexistencia de una clase media robusta y numerosa, la situación es ya insoportable y todos por igual padecen de infinitas necesidades y carencias de todos los tipos imaginables, con lo que la conflictividad social y la protestas amenazan con desbordarse y hasta pasar por encima de un gobierno que luce incapaz de dar con las soluciones que se requieren.
Cuando pase el agite del ´´imperialismo invasor´´ ya inventarán algo nuevo. El todo es mantener al ciudadano en ascuas, estimulando la incertidumbre y la división ; todo, menos cambiar de rumbo y continuar con las erráticas políticas económicas, pues de ello no tienen ni idea y porque lo ideológico – político desplazó definitivamente toda actividad productiva. El problema para el régimen es que la paciencia de las bases populares, sin distingos de militancia política, llegó al llegadero y no falta mucho para que se pierda todo control sobre la población. Un pequeño incidente puede incendiar la pradera y ellos lo saben ;o, como dice el dicho : ´´ Una cosa piensa el burro y otra el que lo monta´´.
Unidad, lealtad y perseverancia. Ese es el camino, porque otro no hay.