El Editorial

Guyana no puede dar concesiones en nuestra plataforma continental

En el caso de la Plataforma Deltana es evidente que su origen geológico es la sedimentación generada a través de miles de años por el río Orinoco.

Venezuela no tiene nada que negociar con Guyana al oeste de Punta Playa, cualquier delimitación con ese país tiene que ser hacia el este y desde la fachada atlántica de la zona en reclamación; en función de lo que resulte en las negociaciones entre Venezuela y Guyana con base en el Acuerdo de Ginebra.

El gobierno debería redactar un decreto ley fijando la plataforma atlántica del Delta Amacuro hasta las 350 millas, delimitada al Oeste con la línea ya existente con Trinidad y al Este con la línea desde la que ha venido históricamente patrullado la Armada Venezolana.

No debemos seguir confundiendo la reclamación del territorio Esequibo, que tiene su procedimiento en el Acuerdo de Ginebra, y la defensa de la soberanía nacional sobre sus áreas marinas y submarinas que no puede constitucionalmente ser objeto de negociación alguna.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Un comentario

  1. La verdad es que somos un país bien bizarro o como dicen los colombianos, bien » berraco», pues para algunas cosas somos mas patriotas y nacionalistas que el mismísimo Simón Bolívar ; pero para otras , pareciera que el gentilicio es tan solo una etiqueta como para saber que estamos en este planeta y ocupamos un espacio determinado, para no decir que vivimos »esbembados» y mas perdidos que el hijo del aviador que cruzó el mar océano.

    Creo que desde que nacemos nos enseñan un mapa del país con una especie de apéndice que dicen es una extensión del territorio patrio, con forma de un copete caído similar al de los pavos navideños y que eso nos lo arrebataron unos extranjeros malosos en componenda otros mas malosos aun, en una vaina desconocida que suena a mala palabra pero que no lo es, llamada »laudo», con sonoridad parecida a medicina en jarabe que a discurso de gente seria ; pero que significa que una tribu de cafres, nativos de esas selvas palúdicas y tórridas pasaron a ser los dueños de ese territorio llamado Guyana, y que a los blancos criollos de este lado los dejaron con los ojos claros y sin vista con la promesa de que cuando nos portemos bien, tal vez algo se nos pueda reintegrar un pedazo de ese mapa que reposa en pergaminos amarillos en la biblioteca ajada de algún Imperio olvidado…Y hasta el sol de hoy así ha sido y es posible que así siga siéndolo, pues generaciones de funcionarios eruditos han levantado sus existencias y familias, viviendo del cuento y la guacharaca, pero a sabiendas que la obra finaliza cuando todo quede igual y se diga que aquí no ha pasado nada.

    La historia de este país de desgracias ha sido una permanente perdida de territorios e infamias que por consuetudinarias ya son costumbre y parte del folclore nacional. Todavía recordamos el día que una tropa inglesa tomó por asalto el Hotel del Lago Intercontinental armados hasta los dientes – hoy administrado por los cubanos y convertido en lupanar de mala muerte -, y totalmente ebrios como una cuba decidieron bañarse en pelotas y perseguir a nuestras nativas para escándalo y asombro de nuestra tranquila y conservadora ciudad. Nadie recordaba que el Libertador le había concedido a los bárbaros ingleses el derecho de portar armas en nuestro país sin restricción alguna ; privilegio que no incluía el perseguir y abusar de nuestras mujeres, pero incidente internacional que se solventó con un generoso cheque a la gerencia del citado hotel. Tampoco olvidamos como una fragata de nombre Caldas entró en las aguas de nuestro lago y casi que desembarca en el Club Náutico para desayunar con nuestra burguesía criolla y departir sobre el precio del peso colombiano y el estado del tiempo. Solo cuando el presidente de entonces, un borrachito empedernido, se le logró hacerle entender lo que estaba pasando, fue cuando nos salvamos por los pelos de que aquéllos cachacos temerarios se hubiesen apoderado de las instalaciones del Club, y puede que hasta la ciudad. Así mismo, se quedaron de por vida con las ricas minas de carbón allá por la alta Guajira y hasta han pedido les delimiten las aguas del Lago de Maracaibo, pues ese charco y que les pertenece y que de seguro, ya le pusieron el ojo a otras tan ricas como las del Cerrejón. Y para concluir, son tan arrechos y nosotros tan pendejos, que nos están haciendo sufrir la humillación de hasta ponernos un presidente cachaco e indocumentado al que citan como el Maduro, como para recordarnos que aquí manda todo el mundo menos nosotros… A BUEN ENTENDEDOR POCAS PALABRAS !.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba