El Editorial

Colombia siempre fue refugio democrático

El presidente Santos de Colombia en búsqueda de obtener una paz al precio que sea, se ha comprometido en apoyar sin reservas al gobierno actual de Venezuela y confiar en que los Castros convencerán a las FARC en convertirse se buenos ciudadanos.

La reciente deportación y entrega del dirigente estudiantil Lorent Saleh al gobierno venezolano es una muestra de que Santos está dispuesto a hacer cualquier concesión para tener un nuevo mejor amigo.

La excusa dada por la canciller Holguín resulta baladí, ya que si Saleh no cumplía con disposiciones internas colombianas, podían exigirle que abandonará su territorio sin entregarlo a un gobierno que sabe que no respeta los DDHH.

Si las democracias de América Latina no saben diferenciar entre los gobiernos que respetan o  no los derechos humanos, el futuro de la democracia estará comprometido en la región

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4 comentarios

  1. No es lo mismo ver a Colombia a la distancia que ser un ciudadano de frontera y convivir con ellos a diario compartiendo problemas comunes y hasta establecer lazos personales y afectivos con sus ciudadanos. Y es que se llega a querer ese país y hasta sentirlo como propio cuando a la hora de la verdad te extienden la mano y te resuelven algún problema y viceversa. Y no me estoy refiriendo a los vericuetos del poder, la diplomacia y la guerra, que es como ver el problema de arriba hacia abajo y no al contrario.

    Pese a ser ambos »cachacos», el sentido del poder y el ejercicio del mando del ex presidente Uríbe siempre me gustó mas que el retorcido estilo del presidente Santos y su estilo pragmático y utilitario. Con el primero sabías a que atenerte ; con el segundo, es como enfrentarse a una » cajita de sorpresas », no hay transparencia por ningún lado. Y conste que no es nada fácil aceptar a ciegas algunas de las decisiones de la rancia oligarquía colombiana y su conservadurismo extremo, amen de que el pueblo colombiano tampoco es muy partícipe de compartir su existencia con los asunto de la política. Ellos se dedican mas a pensar en el trabajo y a generar riqueza que a otra cosa ; quieren a su país por encima de cualquier otro evento y se sienten orgullosos de su nacionalidad. Algo que entre nosotros pareciera brillar por su ausencia.

    El asunto de los derechos humanos para un país que lleva décadas en guerra – ahora con un relativo bajo nivel de intensidad – , no excluye que las huellas de la violencia hayan desaparecido, se sigue matando gente como si eso del »proceso de paz » fuese algo accesorio y donde las posibilidades reales de obtener una paz duradera, fuese algo que aun esta por ver y que siendo algo deseado, muchos dudan de que realmente ello se pueda lograr plenamente. Y es que el presidente Santos esta actuando como un agente distorsionador y anómico que creyendo en una paz permanente ha sacrificado el sentido de lo humanitario y justo en función de intereses mezquinos y nada acordes con el sentido de proteger al perseguido y darle cobijo, como siempre había sido la tradición de Colombia para con los venezolanos en los momentos difíciles de nuestra historia.

    Los colombianos de bien tampoco han visto con buenos ojos la decisión de su presidente y han expresado su opinión al respecto, estimando que tal precedente no es una buena señal ni para la seguridad de ellos mismos llegado el caso. Y es que entregar al compatriota Saleh a manos sus verdugos es un acto de extrema crueldad y cobardía que en modo alguno puede disfrazar los pretendidos argumentos de la señora Holguin siguiendo instrucciones de su presidente. Y es que entregar a al joven estudiante como si fuese un trofeo de cacería denota una mala intención en un momento en que nuestro país juega el papel de » segundón » en un momento de franca debilidad institucional y pérdida de prestigio internacional por las razones por todos conocida.

    Uno no puede sino identificarse en su forma y fondo con el enfoque expuesto en el EDITORIAL de hoy, pues ni quita ni pone, sencillamente esta describiendo una gran verdad y una realidad que sufrimos y a la cual estamos expuestos todos los venezolanos.

  2. Resulta insolito, que en la Colombia de hoy, aparezca con su cara muy lavada un comandante guerrillero del ELN, declarando que dejaban en libertad a un ingeniero canadiense por motivos humanitarios, después de tenerlo secuestrado por más de 200 días. Seguro, negociaron y cobraron por él. ¿A dónde lleva Santos a Colombia? Los venezolanos pensabamos que lo que nos hicieron los chavista, nunca podía pasarnos. Colombianos, ojo con Cuba, los guerrilleros y Santos. Por el poder, son capaces de cualquier cosa.

  3. no soy para nada «fan» de Alvaro Uribe, o del presidente Santos, por quien voté en la pasada elección por ser el mal menor para Colombia… simplemente creo que hubo una salida en falso por parte de este gobierno al entregar de esa forma a un opositor de un régimen que dejó de ser democrático hace rato… sin importar su posición política, y a pesar de su evidente injerencia en asuntos políticos en Colombia, a ese joven debió dársele la oportunidad de refugiarse en otro país antes de mandarlo prácticamente al matadero…

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