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Garganta y oídos se enferman en vacaciones escolares

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Los padres deben estar muy pendientes en vacaciones escolares

La inflamación y el dolor de garganta y oídos

son síntomas comunes en los niños

Actualmente las otitis, amigdalitis y faringitis, en sus diversas manifestaciones, constituyen un alto porcentaje en la consulta médica pediátrica, por lo tanto, el conocimiento de estas patologías, diagnósticos diferenciales y manejo adecuado redundará en una curación más rápida y bienestar para los pequeños pacientes

Los padres suelen consultar con frecuencia al médico porque a su hijo le duele el oído, respira por la boca, tienen mal aliento o ronca en las noches; también a muchas madres les inquieta saber si su hijo escucha bien o no, porque su audición ha disminuido a causa de alguna infección.

En general, es el pediatra quien resuelve los problemas de oído, nariz y garganta de los niños. Las visitas recurrentes al pediatra por esta condición deben ser evaluadas por el especialista otorrinolaringólogo, quien con los instrumentos adecuados establecerá un diagnóstico certero.

El dolor en el cuerpo es una señal de que algo no funciona bien en el organismo. Así como la fiebre avisa que hay un proceso infeccioso, el dolor avisa que algo no está bien, de modo que si se deja avanzar este síntoma, el sistema inmunológico se irá deprimiendo.

La otitis externa es una enfermedad que surge de la infección o inflamación del oído externo y su conducto, y se manifiesta con frecuencia como una molesta picazón en el oído y dolor intenso, que aumenta al presionar sobre el conducto auditivo externo y movilizar el pabellón de la oreja. La otitis media es la inflamación de las membranas de la caja timpánica por infección viral o bacteriana, así como por barotrauma y cambios relacionados con la ventilación y la nivelación de presiones dentro del oído medio.

Ante esto, el niño pequeño se muestra intranquilo, no puede dormir, mueve la cabeza, dirige sus manos hacia los oídos, llora sin parar y puede o no acompañarse de fiebre, mientras que el niño de mayor edad está irritable, se queja de dolor y expresa mejor su dolencia.

Particularmente, la otitis serosa, una afección muy frecuente en la etapa de la infancia, se desarrolla líquido en el oído medio por dentro del tímpano, que puede infectarse y tiene relación con un mal funcionamiento del conducto que va desde el oído a la nariz llamado Trompa de Eustaquio.

En general, se relaciona con problemas nasales, resfríos, alergias, mucosidad nasal persistente y mala respiración así como el mal hábito de tomar tetero acostado.

Esta afección pasa inadvertida porque no duele como la otitis aguda y causa una disminución auditiva leve que sólo se nota por la falta de atención del niño y, a veces, por la reiteración de la pregunta “¿qué?”, cuando se le dice algo.

Esta alteración es transitoria y suele curarse espontáneamente, sin necesidad de tratamiento, pero el niño debe ser controlado por el médico especialista para asegurarse de que se está ante un problema banal y evitar que se cronifique en el tiempo apareciendo una otitis serosa adhesiva que puede destruir la cadena osicular con la consecuente pérdida auditiva.

Asimismo, durante la infancia -sobre todo en la edad escolar- es también común encontrar niños con faringoamigdalitis; es decir, con infección de la faringe y las amígdalas. Esta enfermedad es adquirida por contagio, bien a través del aire -al toser o estornudar- o bien por contacto directo. En la mayoría de los casos, los causantes son los virus: 90% a 95% de las veces en niños menores de 3 años; y 50% a 70% en niños mayores de 5 años. En el resto de las ocasiones es producida por bacterias siendo las más comunes los estreptococos que responden muy bien a los AINES y a los antibióticos comunes
La faringoamigdalitis se manifiesta por dolor de garganta en especial durante la deglución, fiebre, enrojecimiento, en algunos casos placas blanquecinas que cubren las amígdalas y dolor de cabeza, entre otros síntomas.

Otra situación de alta incidencia en los niños es el diagnóstico de sinusitis, que se conoce como la inflamación de uno o más senos paranasales, cuya causa puede ser viral, bacteriana, alérgica y, más raramente, por hongos. No se debe hablar de sinusitis en niños menores de dos años porque los senos paranasales están comenzando su desarrollo siendo los primeros en desarrollarse los senos maxilares. En estos casos es mas frecuente encontrar cuadros de adenoiditis (infección de la amígdala faringea que se encuentra en el techo de la nariz). Una variedad de condiciones que afectan la vía respiratoria superior pueden confundir esta enfermedad y en consecuencia, iniciar tratamiento inadecuado. Por eso, es importante un examen físico minucioso y un interrogatorio completo para un diagnóstico certero y un tratamiento apropiado.

La sintomatología está caracterizada por dolor e inflamación en la zona del seno inflamado, descarga nasal, tos persistente, pudiendo o no aparecer fiebre, pérdida del olfato o trastornos del mismo y dificultades respiratorias.

Además de todo lo expuesto anteriormente, “estar alertas” a los signos y síntomas del niño es importante, señala la Dra. Rosalinda Dao, especialista en Otorrinolaringología.

“Día a día el niño está expuesto a sufrir de inflamación y/o dolor de los oídos, la nariz y sus anexos, así como de la garganta. La infancia es la etapa en que asisten a la guardería y al colegio, comparten con otros niños de su edad y se transmiten los gérmenes. Es importante que los padres y maestros estén atentos, más aún si los niños no saben expresar lo que sienten y, por lo general, sólo se tocan la zona que les duele”, acota la doctora Dao. Asimismo señala que la analgesia debe ser oportuna, eficiente y segura; y advierte, a la vez, sobre el riesgo de la automedicación para aliviar el dolor, puesto que se podría esconder una enfermedad infecciosa o de otra índole que amerite tratamiento no sólo de analgésicos anti-inflamatorios sino antibioticoterapia, entre otros.

“El dolor en la esfera de la otorrinolaringología, desde intensidades leves hasta crónicas, por lo general se controla muy bien con los Anti-inflamatorios No-Esteroideos (AINE´s), sin necesidad de utilizar opiáceos y son estos los analgésicos anti-inflamatorios más utilizados por su alto perfil de seguridad, además de ser excelentes antipiréticos (fiebre). Particularmente, el diclofenac es ideal ya que es de absorción rápida y viene en diversas presentaciones según las necesidades del paciente: supositorios, suspensión, gotas, pastillas y ampollas, además de ser muy efectivo y menos gastrolesivo que otros AINES”, concluyó la especialista.

Sea como sea, en cualquiera de estas situaciones se requiere asistir al médico especialista, ya que -aún cuando se trata de enfermedades generalmente benignas- su recurrencia puede traer complicaciones graves si el paciente no se trata oportunamente.

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