Economía

Francia se suma a la erradicación del pago en efectivo

La eliminación del efectivo para transacciones comerciales, de lo que parecía ser una restricción más, se ha venido transformando en un potente huracán.

El más reciente anuncio viene de Francia. La semana pasada, el ministro de Finanzas Michel Sapin, anunció nuevas normas que persiguen una drástica reducción del uso del efectivo en la nación gala.

El diario Le Parisien reportó, que los ciudadanos serán estrictamente monitoreados desde septiembre del 2015, si hacen pagos en efectivo.

Entre estas restricciones, el diario reportó: que el límite de pagos en efectivo se reducirá de 3 mil euros a mil euros; que los turistas sólo podrán pagar hasta 10 mil euros en efectivo; si los franceses quieren comprar divisas, sólo podrán acceder hasta 8 mil euros; y si los clientes de un banco, retiran más 10 mil euros en un mes, la institución bancaria deberá reportar la transacción bancaria a la Autoridad de Lavado de Dinero (TRACFIN).

Así mismo, los bancos deberán informar a las autoridades de toda transferencia dentro de la Unión Europea (UE) que exceda los 10 mil euros.

En cuanto a las llamadas “cripto-monedas” (tipo Bitcoin) el gobierno francés se propone extremar las restricciones y las medidas de control y supervisión.

Para la toma de estas medidas restrictivas, el gobierno del presidente François Hollande, esgrimió entre otras razones la “guerra al terrorismo”.

Para los liberales, estas restricciones han sido calificadas como una “represión financiera” a las personas.

En otros países

En Dinamarca, el gobierno propuso recientemente a las empresas que venden al detal, eliminar totalmente las ventas en efectivo. Lo que significará que estas compañías no estarán obligadas a aceptar dinero en efectivo.

En Grecia, todos los pagos mayores a 70 euros deberán realizarse con cheques o plástico.

Tanto los gobiernos de Dinamarca, Francia y Grecia, se han adelantado a las recomendaciones que surgieron de la reunión de los bancos centrales realizada a finales de abril en Londres.

En esa reunión, se abordó una propuesta de los economistas Kenneth Rogoff, de la Universidad de Harvard, y Willem Buiter, economista jefe del Citigroup,
quienes propusieron restringir las transacciones de dinero en efectivo, como una manera de evitar las “corridas bancarias, la intensificación de la guerra de divisas y la defraudación fiscal”.

Rogoff-Buiter, proponen eliminar todos los billetes superiores a 5 euros, y sólo permitir la circulación de billetes hasta ese monto.

Bancarización y control

Detrás de las limitaciones del uso del efectivo, se esconde el tema de la bancarización. Donde cada actor tiene sus razones e intereses.

Partiendo de la premisa, que para hacer pagos con tarjetas el ciudadano debe tener una cuenta, el tema de la bancarización es crucial. Sobretodo en los países pobres, y entre los pobres de los países ricos.

Los grandes beneficiados de la eliminación de los pagos en efectivo, serían los bancos y los fiscos. El ciudadano quedaría absolutamente controlado por la vía de sus gastos.

En manos de las policías y cobradores de impuesto, estaría la vida privada de las personas. Qué libro compra para leer, qué medicamentos compra, a dónde y con quién va, entre cosas, quedarían en manos de personas de desconocida honestidad.

Si bien el tema del terrorismo amerita de ciertos controles, viene a la mesa de discusión la pregunta de porqué más del 99,99% de las personas deben ser limitadas, por cuanto menos del 0,1% se dedica a actividades presuntamente ilícitas, o que disgustan al gobierno de turno.

El mejor ejemplo son los controles para abordar un avión en vuelo comercial. Luego del ataque terrorista a las torres del World Trade Center en Nueva York, en los aeropuertos los viajeros son escaneados y vejados en su intimidad, sin que sobre ellos exista sospecha. Dicho en otras palabras, más del 99,9% de los viajeros son sospechosos sin serlo.

Para los pobres, la bancarización a veces es la única protección que tienen para proteger sus pocos ingresos. En los barrios y favelas donde habitan, son asaltados frecuentemente en los días posteriores a recibir su salario.

Eso coloca la bancarización como un derecho para las personas, y no como un deber u obligación. Lo que al final encierra el punto clave en el tema: la libertad de que goza la persona para decidir qué hacer con su dinero y cómo conservarlo.

Es así que la bancarización no puede ser un esquema para que unos pocos se beneficien de esta modalidad, o para que gobiernos rompan las barreras de la privacidad. La bancarización, y los pagos electrónicos, como cualquier otra modalidad incluyendo el pago en efectivo, debería ser por decisión libre del ciudadano.

Algunos datos

Según las estadísticas, en el mundo el 85% de las transacciones se realizan en efectivo. Esto se explica por cuanto, según el Banco Mundial (BM) en su informe “Global Index”, para el 2014 el 62% de los adultos del mundo poseían algún tipo de cuenta bancaria.

Sin embargo, una cosa es tener una cuenta en un banco; otra es tener una tarjeta de débito, y otra es utilizar esa tarjeta.

En promedio en el mundo, de los que tienen una cuenta, solo el 36% tiene tarjeta de debito. Y poco más de la mitad de ese 36%, son quienes la usan como medio de pago.

En este informe, Suecia, Nueva Zelandia, Noruega, Finlandia y Dinamarca tienen una bancarización del 100% de sus adultos.

Le siguen Australia, Alemania, Francia, Bélgica, Canadá y Reino Unido, entre el 97 y el 99%.

En los países en desarrollo, solo el 27% tiene tarjeta de débito; y solo el 13% la utilizó como medio de pago en el período 2003-2014.

En cuanto a tarjetas de créditos, que quien las tiene la usa en poco más del 90% de las personas, en Latinoamérica solo la tienen el 20% de los adultos.

En Europa. un estudio del Banco Central Europeo, de abril de 2014, reveló que entre el 2000 y el 2012 se duplicó el uso del pago electrónico.
Dentro de las fronteras de la Eurozona, cada europeo realizó 71 operaciones electrónicas en el 2012, y el promedio el Unión Europea es de 79 transacciones.

Los países con mayor números de pagos al año por habitante con tarjetas, son: Suecia (230), Dinamarca (234), y Finlandia (213).

En un segundo nivel están: Reino Unido (167), Estonia (159), Holanda (158), Luxemburgo (156), Francia (130), Portugal (115) y Bélgica (111).

En tanto que los países donde los habitantes usan menos los pagos con tarjeta son: Italia (28), Hungría (27), Grecia (7), Rumania (7) y Bulgaria (4).

*Con información de Banco Mundial, Banco Central Europeo y Agencias

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