Dolarización en Venezuela… ¿una opción?
Algunos analistas han sugerido la dolarización como una posible solución a los problemas económicos en Venezuela, sostienen que al dolarizar la economía se acabaría de una buena vez por todas la brecha entre dólar paralelo y dólar(es) oficial(es), llevando a la economía a un estado de equilibrio. Además, utilizan como referente el caso de Ecuador, un país similar, ya que es petrolero, suramericano y socialista, para que sirva de argumento promotor de la opción de dolarizar.
¿Podría funcionar esto en Venezuela? Es posible. Sin embargo, ¿por qué buscar soluciones complejas si se puede hacer cosas más simples? Antes de recurrir a soluciones sofisticadas, hay varias medidas sencillas que el gobierno puede hacer para solventar la crisis:
En primer lugar, el gobierno debe desmontar el control de cambio. Sin embargo, no se trata de hacer lo que se está haciendo en SIMADI. Se trata de que valores irreales y perjudiciales a la economía (como lo es el 6,30) dejen de exisitir. Debe sincerarse la tasa y ésta debe converger a su valor de equilibrio.
En segundo lugar, el gobierno debe fomentar un clima de seguridad jurídica y cesar el hostigamiento al sector privado, para que este pueda desenvolverse sin problemas y existan las condiciones necesarias para atraer capital extranjero en materia de inversión.
Es cierto que todo esto podría lograrse dolarizando la economía, pero dolarizar tiene también sus consecuencias negativas. Al dolarizar, la economía nacional pierde autonomía, la política monetaria deja de ser autónoma y pasa a depender de la reserva federal norteamericana, lo que implicaría cierta coordinación con ese organismo. La política monetaria muchas veces sirve para hacerle frente a políticas expansivas fiscales o para motorizar a la economía; al dolarizar se estaría cediendo a gran parte de ese poder.
