Deportes

11 Candidatos optan por un devaluado premio Buen Deportista YMCA

Un total de  candidatos disputarán el Premio YMCA Buen Deportista de Venezuela 2014, cuatro en profesional y siete aficionados, en elecciones el próximo 6 de noviembre en la YMCA de San Bernardino, donde solo periodistas deportivos,  reporteros gráficos y camarógrafos ejercerán el derecho al voto, según reglamentos en vigencia desde que el profesor Hernán Romero creó el premio en 1954.

El Comité Organizador del Premio YMCA 2014 que preside el ex voleibolista Joel Marín, junto Martin García, Director General YMCA Caracas y Hernán Romero, dieron a conocer los nombres luego de la revisión de recaudos que efectuó el Comité de Selección encargado de velar que se cumplan todos los  requisitos.

El Premio YMCA Buen Deportista se concede no solo por hechos óptimos de un atleta en una temporada, sino por  méritos en distintos eventos nacionales e internacionales en larga trayectoria, mantener vida ejemplar, desarrollar  buena labor de aporte social, calificación excelente dentro y fuera de canchas que puedan servir de ejemplo a niños y adolescentes, además, con por lo menos cuatro años del retiro de alta competencia.

El Premio YMCA 2014 agrupa cuatro candidatos en profesional y siete aficionados. En profesional figuran Ramón Iriarte, hijo del recordado Brígido Iriarte, primero en ganarlo cuando se inició entrega del premio. Iriarte ha desarrollado buen trabajo como futbolista y entrenador. Stalin Rivas, igual en fútbol con labor en suramericanos, Copa América y eliminatorias olímpicas, mientras el tercero es Oswaldo “El Gago” Olivares, quien se ganó un sitial de honor especial en el Magallanes por sus numeritos en bases robadas, boletos recibidos y compartir liderato de por vida del equipo en triples. Gustavo Ávila, «El Monstruo», como se conoce en el hipismo, es un jinete caraqueño ganador de 1.472 carreras entre 1954 y 1985, logró la hazaña en 1971 con el ejemplar Cañonero II de ganar dos pruebas clásicas de la hípica norteamericana, el Derby de Kentucky y Preakness Stakes, faltándole sólo el Belmont Stakes para haber ganado la Triple Corona.

En aficionados Marta Medina es una candidata con trabajo extenso nacional e internacional desde juvenil hasta master, como atleta y  entrenadora, asimismo, labor social meritoria y récord de más de diez no hit no run, algunos internacionales y ha sido reconocida al designar con su nombre un estadio en Valencia. Elizabeth Popper destacó en tenis de mesa desde los 12 años de edad al jugar en categorías superiores con éxito y fue seleccionada para hacer el juramento del atleta en los Panamericanos 1983 en Caracas y abanderada de Venezuela en Juegos Olímpicos de Seúl. Juan Ruperto John Muñoz fue figura estelar del atletismo venezolano, un caraqueño que se inició en deporte escolar y luego entró de lleno apruebas de pista y campo en el ámbito nacional, destacó para ir a su primer evento internacional en Cuba en 1959, donde logró medalla de plata en 110 metros con vallas y así comenzó su ascenso al grupo de los llamados Superdotados que ganaron los Juegos Iberoamericanos 1962 en España. José Jacinto “Chinto” Hidalgo tiene un largo historial de atleta, técnico y dirigente, mientras que  el zuliano Lino Connell  dejó su impronta en voleibol, básquet y béisbol nacional e internacional. Dalia Contreras, ganadora de medalla de plata en taekwondo en Panamericanos de Santo Domingo y bronce en Olímpicos de Pekín. Glen Sochackyj,  nadador que logró records nacionales en gran cantidad de pruebas, además destacó en Bolivarianos, Suramericanos, Centroamericanos, Panamericanos, Mundiales de Natación, actuó en Juegos Olímpicos.

Un premio devaluado

El trabajo de la YMCA en Venezuela se inició en los años 50 y fue su iniciador el estadounidense Clair H. Johnson, quien junto a empresarios venezolanos, como Eugenio Mendoza, que levantaron instalaciones deportivas y sociales en diferentes zonas de Caracas (Catia, El Cementerio, La Pastora, La Castellana, San Martín etc.) y en otras ciudades del país, como Valencia y Maracaibo, entre otras. Ese trabajo fue importante para, fundamentalmente, dar a los niños y jóvenes un sitio para aprender la práctica deportiva y otros valores importantes, como el trabajo en equipo, la importancia de la educación y el respeto a los mayores.

Con esa base filosófica fue creado el premio Buen Deportista YMCA, una manera de reconocer, además de su actuación en las competencias de su especialidad, su aporte a la sociedad como ciudadano.

Con el paso de los años la Fundación Mendoza, base fundamental para la construcción de aquellas instalaciones, fue mermando en su actividad, y la YMCA, administradora de aquellos centros (emulados por el desaparecido Consejo Venezolano del Niño) fue tomando para sí las instalaciones y convirtiéndolas en especie de clubes privados, que tenían que autofinanciarse de cualquier manera,  llegando a alquilar las canchas, piscinas etc., y dejando por fuera a los socios que, en principio, pagaban una muy módica cantidad mensual para utilizar aquellas modestas instalaciones, y puedo dar fe de lo que escribo porque me forme en el Centro Clair H. Johnson, ubicado en la Av. El Cuartel de Catia.

Al igual que los Centros Juveniles (como eran llamados), el premio Buen Deportista YMCA fue bajando de nivel y se transformó en una especie de ¨premio de consolación¨, para los que no quedaban como Atleta del Año, en una elección en la que participan  miembros del Círculo de Periodistas Deportivos y de Reporteros Gráficos.

Se dio el caso de que algunos de los que fueron electo no se le podía señalar como ¨ejemplo de buenos ciudadanos¨ y no digo nombres para no herir susceptibilidades.  A la par del declive del premio, la YMCA (Young Men Christian Association), desde hace bastante tiempo no tiene una actividad que verdaderamente colabore con la formación de jóvenes y niños, por otra parte, se dio a la tarea de vender aquellos Centros Juveniles, que alcaldías y gobernaciones ha tomado para sí, para después de hacerles refacciones, tenerlas como lugar de captación de posibles militantes políticos. El dinero que ha obtenido la YMCA por la venta de las instalaciones deportivos es un secreto bien guardado, al igual que la función social de ese ente.

El premio Buen Deportista es lo único que mantiene a la YMCA como algo que aún existe y que parece que tiene una sola función: organizar la elección del mencionado ¨galardón¨. No critico a los postulados, de cuyas carreras deportivas conozco, aunque poco sé de su labor social, por ello no avalaré con mi voto esa elección que me parece que da vida a una entelequia.

 

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